Mabel Redondo – Entre bambalinas – La Campanario se prepara para ser una buena amazona.


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Esta semana la cosa va de hospitales, el jueves Maria José Campanario ingresaba en una clínica de Jerez para someterse a una operación ginecológica. No fue una intervención de urgencia ni mucho menos, el ingreso estaba completamente programado con día y hora. Hace tres semanas que la castellonense acudió al ginecólogo y este le recomendó operarse cuanto antes y así quedarse tranquila, y María José que es muy buena paciente aceleró los trámites de la intervención.

Ya sabemos que la Campanario ha salido de esta, que todo fue muy rápido y que acallando rumores de ruptura o separación, María José ingresó de la mano de Jesulín, así silencia muchas bocas que apuntan a un posible divorcio de la pareja, estos se casaron por la Iglesia, por eso lo de «juntos en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad…» , Jesulín ha demostrado estar con ella en la enfermedad pero no tanto en la tristeza y en la adversidad porque, que yo recuerde, aún se le puede echar en cara que no apareciese aquella noche del mes de abril del 2006 por los Juzgados de Jerez mientras que su mujer prestaba declaración por su presunta implicación en el «Caso Karlos». Campanario, a la que ya se le ha soltado la «húmeda», se despachó a gusto en un programa de la tarde y le cantó las cuarenta a Belén Esteban, pero su marido no se fue de rositas porque también dijo sentirse molesta con Jesulín porque no había dado la cara cuando tenía que hacerlo, claro está que se refiere a su enfrentamiento con la Esteban.

Adelanto que María José que desde que se cuida la línea ha mejorado bastante, acude tres días en semana a clases de equitación, practica unas seis horas semanales y eso le viene de perlas porque dicen que montar relaja bastante. Yo doy fe porque a una servidora también le gustan los caballos.

Y por increíble que les resulte a algunos, Campanario tiene un trato más o menos cordial con su cuñada Carmen Janeiro porque las cuñaditas comparten monitor de equitación, eso sí, puedo asegurar que es el único que hay en todo el Bosque, será por eso que están condenadas a entenderse si quieren convertirse en buenas amazonas.

Y quien también ha recibido el alta médica ha sido Angel Cristo. El domador me contó que al salir del coche resbaló porque estaba lloviendo y se rompió dos vértebras, su ingreso en el hospital de Linares se alargó hasta nueve días porque arrastra una enorme depresión que en los últimos años no le ha abandonado. Esa es la versión de Angel Cristo, la otra versión, digamos la más oscura, me la dieron a mi algunos de los familiares de los pacientes que allí están ingresados y que vieron en primera persona y siempre supuestamente a un Angel Cristo tirado en la acera del hospital, descalzo, con dos copas de más y sin apenas poder articular palabra, como pueden imaginar una imagen dura y desoladora para un hombre que en la década de los 70 y los 80 todo lo tuvo y por sus adicciones y mala vida todo lo perdió, incluso a sus hijos. Sofía y Angel no quieren saber nada de su padre, él mismo me confiesa que no le han llamado, no se han interesado por su estado, es doloroso, pero no juzguemos porque en este caso Angel Cristo está pagando los errores que posiblemente cometió como padre, en muchas ocasiones dar marcha atrás es difícil y me temo que en la memoria de estos dos jóvenes no se ha producido el «borrón y cuenta nueva».

El domador está en números rojos, el pasado 24 de febrero cerraron el «Gran Circo Americano» donde Angel protagonizaba cada día un espectáculo con los elefantes, ahora no tiene ni eso, está sin blanca, me contaron que hasta pedía tabaco y monedas para poder ver la televisión en el hospital. No pude evitar sentir pena cuando le ví tan solo en la habitación de aquella clínica, dicen que «quien siembra recoge», pero la recogida no siempre es buena, es el caso del ex marido de Bárbara Rey que tal vez esté a tiempo de tener una segunda oportunidad para encauzar su camino.

A Angel Cristo desearle desde aquí que se mejore, a ver si cambia sus hábitos y valora la resurrección que ha tenido en estos últimos días, se lo debe al personal del hospital San Agustín de Linares que le ha atendido divinamente y en parte a su pareja, Circe, la mujer con la que comparte su vida desde hace años y con quien vive en una caravana en Linares.

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