MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Juan Goytisolo, uno de los mejores escritores e intelectuales, y de los más independientes, de nuestro universo patrio, escribe este viernes en «El País» un artículo memorable sobre el océano de corrupción masiva que afecta al PP y señala la burla a la opinión pública que acompaña a los escándalos, el más reciente las declaraciones judiciales de Jaume Matas. Goytisolo asegura que fuera de nuestras fronteras a los observadores les cuesta enormemente dar crédito a las informaciones publicadas. El escritor habla de estupor y de sainete, se asombra de algunas impunidades pese a las pruebas grabadas y testimoniales y de la pasividad incomprensible en las alturas del partido de Rajoy. Escribe que «los votantes del PP no ignoran que los altos cargos de sus comunidades están allí para forrarse» y que «lo saben y lo aceptan como algo natural». Señala también el disparate de que se acepte que los acusados por el juez Garzón se conviertan en sus acusadores y que se organice esa cacería contra el juez que intentó perseguir los crímenes del franquismo y a dictadores asesinos de varios países.
Y le produce especial alarma «la perspectiva que se extiende ante nosotros en caso de una eventual victoria electoral del PP dentro de un par de años». Habla de su mayoritario control de los medios de comunicación, del sesgo derechista de la mayoría del Tribunal Supremo, de las ansias de desquite de quienes «se creyeron injustamente desalojados del poder» por los atentados del 11-M, o del apoyo incondicional «de una Iglesia en plena bancarrota ética». En pleno paréntesis festivo, este artículo de Juan Goytisolo me parece que es una gran referencia ética y un ejemplo a seguir en el mundo del pensamiento y de los medios de comunicación. Y es también una ocasión para llamar la atención del PP sobre lo que les ocurre y sobre la mencionada pasividad con que aceptan lo que está pasando. Una reacción sincera y adecuada de Mariano Rajoy y de sus colaboradores podría ayudarles a ellos a regenerarse y al conjunto de los españoles a recobrar la tranquilidad perdida.
