MADRID, 5 (OTR/PRESS)
Concluida la Semana Santa y las celebraciones de Pascua, corresponde la vuelta a la normalidad, que tiene, sobre todo, dos puntos de atención: de un lado, las revelaciones que haga el magistrado de la Audiencia Nacional Pedreira sobre el Caso Gürtel, del orden de cincuenta mil folios en los que será preciso buscar «perlas» que, con bastante probabilidad, incomodarán, más si cabe, al principal partido opositor, hasta ahora parece que poco afectado por las irregularidades de unos cuantos de sus directivos y alcaldes. La otra cuestión que volverá a tener actualidad intensa es la economía, o por mejor decir, la crisis y cómo afrontarla. Hasta ahora, la estrategia de Mariano Rajoy de atacar las medidas adaptadas por el Gobierno como si su partido, y las Comunidades autónomas que regenta, no tuvieran nada que aportar, les ha sido de gran utilidad y provecho, si tenemos en cuenta los sondeos de opinión, que siguen registrando un claro deterioro y descenso de las expectativas socialistas y una evidente mejoría para el PP, pese a los casos Gurtel, Jaume Matas o Carlos Fabra.
En esa materia de cómo afrontar la crisis, acaba de hacer unas interesantes declaraciones la vicepresidenta Elena Salgado, en vísperas de cerrar y presentar los llamados acuerdos de Zurbano. Es evidente que ya no cuenta con el PP, posiblemente por la razón que ella misma expone: el PP se ha autoexcluido de la negociación; como siempre, no quiere que las cosas mejoren, dice sin cortarse lo más mínimo. Todavía este mismo lunes, Cristóbal Montoro reiteraba la gran argumentación del PP: no se sumarán a los acuerdos de un Gobierno que está decidido a subir dos puntos el IVA, desde julio. ¿Esa es la grandísima y única argumentación de la que se vale el PP para no sumarse a los acuerdos? Por lo demás, dice Elena Salgado que el acuerdo de Zurbano se va a producir, con o sin una reunión conjunta, y que «intentaremos incluir alguna medida más en las nuevas propuestas contra la crisis». La vicepresidenta aprovecha para replicar al Gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, quien ha reiterado su inclinación a que se establezca un contrato único. Dice Elena Salgado que el contrato único que propone el Banco de España no crea empleo. Hace otras declaraciones no menos curiosas, como que «Zapatero aprieta mucho en los plazos y no siempre se pueden hacer las cosas tan rápido», o que «hemos logrado que la CEOE diga que no quiere abaratar el despido. También el anuncio de que «si Europa aprueba una tasa sobre los bancos, nosotros también lo haremos». Y a la cuestión que suelen hacerle desde la izquierda de IU o ERC, ¿mayor presión fiscal para los ricos? Contesta Salgado que «no, la redistribución hay que hacerla en el gasto».
Una revelación final, hace la vicepresidenta: todavía no sabemos si hemos salido de la recesión, pero los datos están mejorando.