MADRID, 20 (OTR/PRESS)
Una vez que hizo la invitación a Zapatero y Rajoy para que acordaran renovar el Tribunal Constitucional, y escuchadas las dos voces contrarias a «cambiar las reglas del juego mientras se resuelve el partido», el presidente de la Generalitat, José Montilla ha recurrido a los partidos catalanes. En concreto, Montilla y el líder de CiU, Artur Mas, ya han iniciado contactos para formar un frente común de los partidos catalanes que busque forzar el cambio en el Tribunal Constitucional (TC), que la semana pasada volvió a posponer la sentencia sobre el Estatut catalán. El líder de CiU ha confirmado en una entrevista con Catalunya Radio que ya ha hablado con Montilla y también ha anunciado que su partido promoverá una reforma legislativa para que el Constitucional no pueda emitir fallos sobre «estatutos refrendados por el pueblo en las urnas». Mas ha añadido: «Hay un choque de legitimidades».
Montilla ha ido más allá en su iniciativa: el presidente catalán contactaba a primera hora de esta mañana con todos los líderes políticos catalanes, excepto del PP catalán, y con el presidente del Parlament, Ernest Benach, para que, en el próximo pleno, la cámara apruebe una resolución a favor de la renovación del Constitucional. Montilla ha remitido a Benach una carta en la que propone una ronda de contactos con los líderes de los grupos para «debatir y aprobar durante el próximo pleno del Parlament una propuesta de resolución que, con la mayoría más amplia posible, se manifieste respecto a la situación actual y la exigencia de las instituciones catalanas a que se proceda a la ineludible renovación de los miembros del TC que han finalizado su mandato». El próximo pleno del Parlament se celebra la próxima semana, concretamente los días 28 y 29 de este mes de abril. José Montilla, parece dispuesto a mostrar músculo en su batalla por lograr la renovación de un Tribunal Constitucional (TC) que en Barcelona creen «deslegitimado» para tomar una decisión sobre el Estatut. Y esa nueva muestra de fuerza del presidente catalán, pasa por lograr una declaración del Parlament de Catalunya en la que, con el apoyo de todos los partidos del tripartito y CiU, se exija la renovación de los cuatro magistrados del TC cuyos mandatos están agotados. Para ello ya se ha puesto en contacto con el líder de la oposición, Artur Mas (CiU); el viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, y el presidente de ICV, Joan Herrera -en las próximas horas lo hará con el líder de ERC, Joan Puigcercós. Una ronda de llamadas que pretende allanar la aprobación de una resolución unitaria en el próximo pleno del Parlament, el próximo martes, que avale la carga contra el bloqueo que sufre el TC. La estrategia de Montilla, descansa en su exigencia de que PP y PSOE desbloqueen la renovación de los magistrados.
El presidente de la Generalitat había anunciado ayer que estaba buscando ese frente común catalán para lograr la renovación del Constitucional. Mas, a su vez, ha advertido que «el Constitucional se mofa del pueblo catalán y el PSOE se mofa del PSC», y ha pedido a los diputados del PSC en Madrid que se avengan a plantar cara a los planteamientos del PSOE y defiendan hasta las últimas consecuencias lo que se pacte en Cataluña. «Ahora tienen la ocasión de desmarcarse del PSOE en Madrid. Deben hacer una reflexión en profundidad y darse cuenta de que Cataluña espera su respuesta, no de palabra sino con hechos», ha explicado.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, ha defendido la independencia de su homólogo catalán, José Montilla, y ha insinuado su respaldo a la petición que hizo el líder del PSC de sustituir al actual Tribunal Constitucional por su incapacidad de alcanzar un acuerdo sobre el Estatuto. «A los socialistas nos gustan los compañeros con criterio propio», dijo Barreda en TVE, aunque también se ha mostrado comprensivo con el presidente del Gobierno quien «debe exigir respeto para las instituciones. Son las reglas del juego». Barreda ha concluido que no resulta comprensible para la sociedad que los magistrados del Constitucional «que debieran estar nueve años en su puesto lleven 12, y tarden más de tres» en pronunciarse sobre el Estatuto.
No hay duda de que es un pulso de gran envergadura, el que protagoniza Montilla y deja fuera, por propia voluntad, al PSOE de Zapatero y Blanco…