Luis Del Val – Desconfianza alemana.


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Decía una vieja sentencia del Mediterráneo que a un judío sólo le puede engañar un griego, y a un griego sólo le puede estafar un armenio.

Las estadísticas griegas sobre su endeudamiento también estaban falseadas, como estuvieron falseadas sus cuentas con gobiernos socialistas y conservadores, porque les separaba la ideología, pero les unía la mentira contable. Para una hormiga alemana comprender a la cigarra griega se le hace muy cuesta arriba y ha formulado la pregunta más lógica: ¿Por qué un contribuyente francés, o español, o austriaco tiene que pagar el despilfarro de los anteriores gobiernos griegos?. Porque los alemanes tienen muy claro que el dinero que se maneja en el Banco Central Europeo y en la UE no pertenece a las familias de los comisarios, sino que lo vamos pagando los ciudadanos con nuestros impuestos.

Elena Salgado, nuestra Juana de Arco de los Brotes Verdes, ya ha dicho que nosotros -se debe referir a los españoles- no mentimos en las estadísticas. Ojalá sea cierto. Gracias a ello nos hemos enterado de que después de que las comunidades autónomas se comprometieran a ahorrar, sigue aumentando la deuda, quedando en primer lugar, campeona en todas las categorías, Cataluña, que debe un total de 22.600 millones de euros, con lo que cada catalán sale a 3.024 euros, pero todos hacemos lo que podemos, porque en marzo el gasto farmacéutico aumentó un 7%, y nuestro quebrado sistema de salud aflojó 1.000 (Mil) millones de euros en recetas.

Puede que haya un momento en que la hormiga alemana (locomotora europea, etcétera) observe con estupefacción a la cigarra española, pero, eso sí, seremos despilfarradores, pero honrados, nosotros mostraremos nuestra ruina a pelo, sin manipular las estadísticas y sin hacernos los armenios.

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