José Cavero – Tensiones de Zapatero con el PSC


MADRID, 2 (OTR/PRESS)

Como a menudo ha sucedido en las relaciones del Gobierno autonómico catalán con el Gobierno central, las tensiones han llegado a rozar el entendimiento entre los dos dirigentes socialistas, Zapatero y Montilla. Esta vez, ha sido el jefe de campaña de Montilla, quien tuvo la ocurrencia de indicar que Zapatero haría bien en pensarse en viajar a Cataluña. Y la apreciación del jefe de la campaña electoral de Montilla debió ser retirada a las pocas horas, y desde el PSC se han recordado los méritos de Zapatero: Cataluña le debe el Estatut, le debe el nuevo modelo de financiación. ¿Hay quién dé más? ¿Quién podrá indisponer a Zapatero con Cataluña, y tampoco con el PSC? Montilla hizo rectificar a su portavoz que había tenido la ocurrencia de sugerir el veto de Zapatero en el intento de comprobar que el líder socialista antepondría la renovación del Tribunal Constitucional, que trata de forzar la clase política catalana, a cualquier otra cuestión, como la estabilidad y respeto a las instituciones. Iceta se encargó de situar a cada uno en su sitio, y de recordar los muchos méritos de Zapatero, sin cuya intervención hubiera sido improbable el resultado del PSC en las autonómicas anteriores, y consiguientemente, al reválida del tripartito.

Pero la cuestión sigue viva, y habremos de comprobar en los días siguientes, hasta dónde quieren ir, y van, los partidos catalanes, en su pulso con el TC. Ahora se ha sabido que la clase política catalana -tripartito más CiU- están empeñados, sobre todo, y antes que otra cosa, en que se produzca algún modo de declaración de impotencia por parte de los diez magistrados del TC. Pudiera suceder eso, o lo contrario: que definitivamente, la sexta ponencia, elaborada por los magistrados afines al PP más Manuel Aragón, consiguieran la mayoría suficiente como para obtener una sentencia muy desfavorable al Estatuto, mucho más de lo que pretendía la ponencia quinta, ya descartada. Ahora se sabe, tras las filtraciones periodísticas, que los políticos catalanes fuerzan la renovación del TC no sólo por haber demostrado su incapacidad para llegar a un acuerdo durante cuatro años, y por haber «caducado» cuatro de ellos en las fechas para las que fueron designados, sino también, porque ven más amenazado que nunca el Estatuto y su constitucionalidad.

Los magistrados que revisan el texto han comprobado cada vez más artículos inconvenientes o inadecuados, y discrepan de quienes elaboraron un Estatut que viene estando vigente desde hace cuatro años, y que siempre han considerado perfectamente acorde con la Constitución. Ahora resulta que no, que puede haber una mayoría de magistrados del TC que entienden que una veintena de artículos del Estatut deberían ser tachados o modificados, para que tengan cabida en la Constitución vigente .Algunos redactores de la Constitución del 78, como Peces Barba o Miguel Roca, ya se han preguntado cómo es posible que lo que les parecía constitucional hace unos pocos años esté dejando de parecérselo a los intérpretes de la Constitución, nada menos, o hasta qué punto fuerza, ata o condiciona el origen de quienes designaron a esos ilustres intérpretes.

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