MADRID, 7 (OTR/PRESS)
La evolución de la crisis política y económica va cada vez peor, tanto dentro como fuera de España. Asistimos, además, a un espectáculo de desinformación tal vez inédito hasta ahora, como es el caso de todo lo relacionado con los orígenes y causas de las gravísimas perturbaciones provocadas esencialmente por los grandes especuladores e incluso por alguna agencia de calificación más pendiente de servir aquellos intereses que los de los pueblos europeos, entre ellos el español. Otro foco de insidia puede ser el de la versión oficial o más circulante sobre los graves sucesos de Atenas, donde han muerto tres trabajadores de banca como consecuencia de la acción de unos incontrolados durante la huelga general de Grecia. Otras fuentes han difundido informaciones en las que atribuyen el lanzamiento de los cócteles molotov a grupos neofascistas vinculados con sectores interesados en desacreditar las acciones de los sindicatos en contra de las medidas impuestas por la UE y el FMI. Parece que la sucursal bancaria tenía que haber permanecido cerrada durante la manifestación por razones de seguridad.
Radios locales acusan a los gerentes del banco de haber cerrado las puertas con llave para que nadie pudiera salir ni entrar. Sea como sea, lo necesario sería investigar a fondo esos extremos y otros de lo ocurrido, para poner las cosas en su sitio. Pero yo dudo mucho de que haya un interés enorme por el esclarecimiento. Mientras tanto, aquí estábamos enfrascados en las reuniones políticas entre Gobierno y PP (encuentro Zapatero-Rajoy y reunión Gabilondo-Cospedal), así como en la visita del presidente del PP al de la Generalitat, todo ello inútil y descorazonador. El Gobierno con sus habituales flojeras y el PP con su permanente actitud de bloqueo en todos los temas: crisis económica, reforma de la educación, crisis del Estatut, etc. Los Gobiernos e instituciones europeas, así como las internacionales, están demostrando una genuina incapacidad para poner remedios a los problemas de los pueblos. También en España. Que Dios nos pille confesados. Yo ya voy a hacerlo.
