Julia Navarro – Escaño cero – «El fantasma de la huelga general».


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Los sindicatos amenazan pero no ahogan. El presidente Zapatero puede respirar tranquilo, al menos por ahora, habida cuenta de que el malestar sindical se va a trasladar a una huelga limitada a los funcionarios.

Hay quienes reprochan a los sindicatos que su respuesta sea tan ligt en relación con épocas pasadas. No solo a Aznar le convocaron una huelga general, también a Felipe González, y en el caso de González los motivos de la huelga eran banales comparados con lo de ahora.* Verán, yo creo que las organizaciones sindicales no están haciendo bien su trabajo, pero no porque no convoquen una huelga general, sino porque su dependencia del Gobierno es demasiado evidente. Las huelgas generales si se convocan son para ganarlas y puede que dada la desesperación de muchos ciudadanos la huelga general fuera un éxito, pero ¿sería la solución?. En mi opinión seguramente no, al menos por ahora. Pero si creo urgente que los sindicatos deberían de exigir al Gobierno que su política de recortes se centre en aquellas partidas presupuestarias prescindibles. A mí se me ocurren unas cuantas. Pero volviendo al fantasma de la huelga general, lo cierto es que CCOO no la descarta, por más que tenga claro que solos no la pueden convocar. Necesitan el concurso de UGT y del resto del movimiento sindical.

Desde luego para Cándido Méndez la situación no puede ser más complicada. El ha sido un ministro sin cartera y en la sombra en todos los gobiernos Zapatero. La sintonía entre Zapatero y Méndez ha sido total y los sindicatos no habían estado tan mimados por el poder como durante la etapa Zapatero.

Méndez ha influido, y mucho, en las decisiones del presidente, y oyéndoles a ambos hablar no se sabía donde empezaba el uno y acababa el otro. Por eso para Cándido Méndez es especialmente doloroso tener que afrontar que el discurso de Zapatero, que es el suyo propio, se haya quebrado en una dirección en que le es imposible seguirle. Seguramente UGT amagará sin dar, sus líderes harán declaraciones advirtiendo al gobierno, pero, ¿de verdad se atreverán a dar el paso final?.

Creo que si ahora hubiera una huelga general en nuestro país sería peor para nuestra economía, pero también creo que el gobierno debe de sentir el aliento sindical para reducir el déficit no a costa de quienes menos tienen. Y no se trata de acogotar a las clases medias, que son quienes están sosteniendo éste país.

No se entiende que no se haya llevado a cabo la reforma financiada. No se entiende que no se imponga una tasa a las transacciones financieras. No se entiende que quienes más tienen sean quienes menos pagan a Hacienda mientras que las clases medias son perseguidas por tierra, mar y aire, porque son más fáciles de controlar.

Los sindicatos están haciendo hasta el momento un ejercicio de responsabilidad, pero tengo la impresión de que caminan por la cuerda floja, y que dependiendo de las circunstancias podrían verse obligados a esa convocatoria que claramente no quieren. No lo tienen fácil, se juegan su credibilidad, pero de sus actuaciones también se puede derivar mayor zozobra en la economía de nuestro país. No, ya digo, no lo tienen fácil.

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