Charo Zarzalejos – Prórroga hasta diciembre


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

La expectación de ayer en el Congreso solo era comparable a una sesión de investidura. Al final se cumplieron las previsiones y el decreto antideficit salió por la mínima y por la mínima no se tramitó como proyecto de ley. Era una crónica anunciada, pero ello no impidió una enorme curiosidad por el pleno. En la sesión, los protagonistas fueron Rajoy y Durán i Lleida. Sus discursos se podían intercambiar, más allá de pequeña matizaciones. La diferencia fue la conclusión. Rajoy negó el apoyo del PP al decreto y Durán i Lleida dijo que por responsabilidad se abstenía. Sonaron aplausos socialistas para el líder catalán. «No me aplaudan porque no estoy de acuerdo con ustedes».

Y tanto que no estaba de acuerdo, hasta el punto Durán i Lleida pronunció un discurso bastante más duro que el del propio Rajoy. Ambos afirman que el problema es el Presidente. Durán se lo dijo. Le dijo que estaba agotado, él y el Gobierno, pero que ahora le tocaba hacer los deberes, entre otros, la reforma laboral. Y para que no hubiera dudas del desafecto de CiU Durán emplazó a Zapatero a convocar elecciones allá por el mes de Diciembre, porque «este grupo no va a apoyar los Presupuestos». Y porque _no lo dijo pero así son las cosas_ para Diciembre ya se han celebrado las elecciones catalanas. Rajoy en los pasillos hacia ver como Duran había dicho frases exactamente igual que las suyas. «El problema no son los funcionarios, ni los pensionistas. El problema es usted», dijeron los dos.

Rajoy, por su parte, se sentía satisfecho. Cree que ha hecho lo que debía aunque no faltaban diputados populares que creían que el discurso de Durán debería haber sido el de Rajoy; es decir, abstenerse. Pero Rajoy, en respuesta a la pregunta de si ha habido algún contacto con Moncloa, dijo: «no han querido el acuerdo». Todo apunta a que ese contacto se ha producido, pero Rajoy ni afirmó ni negó. «No ha querido el acuerdo», sentenció de manera reiterada.

El Gobierno ha salvado los muebles y, probablemente, España también, en la medida que los ojos de mercados e instituciones europeas están fijos en nosotros. Ha salvado los muebles, pero en solitario. En una soledad que, además, tiene plazo de caducidad, que es el dado por CiU, que con esta abstención ha tenido que soportar un enorme revuelo interno y el enfado de sus bases, que en las ultimas horas han inundado de correos todos los ordenadores. «Lo hemos hecho por responsabilidad, pero en Diciembre se acaba la fiesta. Ahora que haga los deberes, que ordene todo lo que ha desordenado y elecciones».

El Presidente ayer no abrió la boca. Según Moncloa el debate era reiterativo, pero los grupos creen que ha sido un acto de falta de gallardía. Ayer en el Congreso quedó de manifiesto no sólo la crisis económica, sino la soledad profunda de un Gobierno y un Presidente que ha perdido ese punto de magia que siempre le ha acompañado.

Aprobado el decreto, queda pendiente la reforma laboral. El Presidente no viaja a Río de Janeiro, a la reunión de la Alianza de Civilizaciones, pendiente de Sindicatos y Patronal. Europa nos mira, los sindicatos estudian la huelga general _Llamazares cree que la habrá_ y CiU le ha brindado oxigeno con plazo de caducidad.

Salvado el trámite, que no es poco, la soledad del Gobierno se visualiza en toda su crueldad y aunque efectivamente hay indicadores menos negativos que hace unos meses, lo peor aún esta por llegar. Al tiempo.

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