MADRID, 22 (OTR/PRESS)
Decía hace unos días el ex ministro de Economía Miguel Boyer que él no aceptaría, si se lo ofrecieran, formar parte del Gobierno que en algún momento se supone que Zapatero va a cambiar. Dijo Boyer que por edad, pero que también por el sueldo, a su juicio bajo, que cobran los ministros en este país. La confesión muy poco socialista y la tontada de la edad, no son más que excusas para no decir que cualquiera acepta ser un asalariado de Zapatero sabiendo sus maneras de gobernar y sus escasas ideas de Estado. Con los sueldos que cobran los ministros, añadió Boyer, sólo van a querer serlo los analfabetos.
No le falta razón al ex ministro, aunque no dijo que analfabetos ya hay demasiados. Y, Dios nos coja confesados, que no entren más si es que finalmente Zapatero hace una remodelación del Gabinete a tenor de los nombres que se han ido barajando en las distintas quinielas. Y, sinceramente, no creo que tenga mucho que ver el analfabetismo evidente de algunos con los salarios. Boyer sin ir más lejos debe recordar perfectamente cuánto ganaba cuando era ministro. Y, hombre, ser analfabeto no era, precisamente, la tónica en la mayoría de los gobiernos de la democracia hasta ahora, claro.
Lo que ocurre con los ministros de Zapatero tiene más que ver con el perfil y el carácter del que forma los gobiernos. El presidente es un hombre mediocre que se ha rodeado de más mediocres que él todavía. Demasiados que no han terminado sus estudios o que han trabajado fuera del aparato del partido muy muy poco. Algunos están porque son hijos, amigos, ahijados o simples cuotas. En fin, personas que se van a dejar manejar por el jefe y a los que como dijo una vez Solchaga, otro ex ministro, no les importa que les traten como secretarios o no enterarse de qué va la fiesta de su ministerio porque el jefe lo improvisa todo y lo controla todo. Y, no nos engañemos, el salario que reflejan los presupuestos no es todo el sueldo que cobra un ministro. Hay demasiadas partidas que no conocemos y muchas gabelas. Siempre se ha dicho que un ministro no lleva monedero porque no lo necesita. Qué me dicen, además, del deseo de servicio público. Si quieren ganar más que se vayan a la empresa privada. A ver cuántos trabajos conseguirían Blanco o Pajín por sus propios méritos.
