Pedro Calvo Hernando – Bienvenido el atisbo de cambio.


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Atisbos de que cambia algo la actitud del PP respecto del Gobierno. Después de la abstención parlamentaria en la reforma laboral llega la anunciada negociación de un pacto de Estado sobre la energía, con el acuerdo por delante de aplazar la subida de la luz que estaba prevista para julio. Aunque no se sabe en qué parará esto, a la vista de tantos antecedentes como el fracaso del pacto educativo, el hecho no deja de ser un síntoma positivo. Partidario toda mi vida de los pactos y de estas cosas, no voy ahora a volverme atrás. Bienvenido el atisbo, dejando para otro día la atribución de culpas concretas en todos los fracasos anteriores. La energía es uno de los aspectos fundamentales no sólo del desarrollo económico sino del progreso en todas sus manifestaciones. Un escollo importante va a ser la política en torno a la energía nuclear, donde las posiciones de PP y PSOE parecen en principio incompatibles. También es verdad que en tiempo de crisis como ésta seguramente hay que dejarse de demasiados remilgos y anteponer a todo la necesidad de sacar el país adelante.

Si el atisbo se convierte en algo más, nos daremos cuenta de la importancia que habría tenido negociar y pactar a toda pastilla desde que la crisis económica se hizo realidad. Nos hemos dedicado a no querer ver al principio la realidad auténtica del problema (Gobierno) y a repetir hasta la saciedad que Zapatero y su Gobierno se equivocaron con eso (PP). Lo malo es que así han pasado meses y años, dos por lo menos. Un juego infantil donde los haya. Luego han venido las crisis graves dentro de la crisis, el semestre español de la UE, el apoyo europeo y americano a las medidas españolas de los últimos meses, todo ello rodeado de una actitud brutal por parte del PP, actitud que es la que ahora parece que empieza a cambiar. Aquí los atisbos de que hablo. Nada más que animar a las dos partes que profundicen en esos atisbos como si nos fuese la vida en ello, que nos va. De nada le serviría al PP ganar las elecciones de 2012 en una España hundida en la miseria. Ni tampoco a Zapatero.

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