MADRID, 9 (OTR/PRESS)
En la vida de Belén Esteban se cumple aquello de «la realidad supera la ficción», quién le iba a decir a ella hace diez años que su vida se retransmitiría al más puro estilo «show de Truman», esa maravillosa película que refleja la vida en directo de un hombre que desde que nace es seguido por miles de cámaras que siguen todos sus movimientos, cada instante de su vida se retransmite, sus padres, su mujer, sus vecinos y sus amigos son actores, pero Truman no lo sabe, a todo el mundo le trae al fresco la existencia de ese pobre infeliz, lo importante es que con la audiencia que genera consigue llenar las arcas de la cadena que explota el relato «ficticio»de su vida y entretener a la audiencia que sí es consciente de la gran mentira.
Pero la gran diferencia es que Belén Esteban no es Truman Burbank, ella sí sabe que las cámaras están detrás de todo lo que hace y que luego en su programa tendrá que dar explicaciones y salir al paso de acusaciones, críticas, insultos, reclamos se le abren continuos frentes que la atacan a ella y a su entorno y aunque no lo reconozca a la Esteban le compensa el circo mediático, ¿por qué?, pues porque gana una pasta gansa y porque está enganchada a la tele, en el fondo no puede vivir sin ella. Y para ser justos hay que reconocer que la audiencia la quiere, unos bien y otros mal, pero la quieren porque la ven y no se pierden sus «pantallazos televisivos».
A Belén Esteban le están saliendo imitadoras que no logran superarla pero hacen méritos para conseguirlo. Sirva como ejemplo Verónica, la amiga traidora que ha participado en la biografía no autorizada de la colaboradora, en ella afirma que el primer hombre de Belén fue un gitano de Moratalaz. La ha puesto a caer de un burro en programas y ha contado su versión sobre una supuesta agresión de Fran con denuncia de por medio.
Verónica tiene un punto aún más ordinario que Belén y lo peor es que es una joven que ha reconocido tener serios problemas con el alcohol, lo que hace que su testimonio pierda fuerza y veracidad.
La última en salir es Rocio, esta joven de Alcorcón viene a contar que su hermana Arantxa es la amante de Fran Alvarez desde que el camarero era novio de la Esteban. Rocio es «la hermana traidora» porque es la autora de una cámara oculta que muy pronto verá la luz, en ella escucharemos la conversación que Rocio mantiene con Fran en su bar, la de Alcorcón insulta y arremete brutalmente contra la de San Blas, Fran escucha y en vez de salir en defensa de su mujer él sonríe o da la callada por respuesta.
Es más que probable que muchas dudas y especulaciones se abran de nuevo en el matrimonio de Belén y Fran, el testimonio de Rocio de Alcorcón promete ser demoledor y va a muerte contra Belén. Habrá que distinguir entre la ficción y la realidad o ¿asistiremos a una nueva crisis matrimonial cuando la Esteban vea la cámara oculta?
Es por eso que reitero que, tanto Verónica de San Blas como Rocíoo de Alarcón, pretenden emular en el en fondo y en la forma a Belén Esteban, está claro que ven en ella una musa a la que imitar y la inspiración perfecta para convertirse en asiduas colaboradoras de programas que les ayudarán a enriquecerse y a soñar con lo que, de otra manera y a no ser que les tocase la lotería, nunca podrían tener ya que su cultura, preparación y ganas de trabajar brillan por su ausencia. Pero así es la tele ¡puro espectáculo!.
