José Cavero – Puede imponerse un copago suave.


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

De nuevo, a la vista de las dificultades presupuestarias y de los recortes a los que fuerza la supresión del déficit, aparece la idea del copago, es decir, del pago de una cuota mínima por los servicios asistenciales administrados por el Servicio Nacional de Salud. Según cuenta este lunes El Periódico de Cataluña, la insostenible situación económica del sistema sanitario público preocupa en todas las comunidades autónomas españolas, que buscan de manera acelerada soluciones capaces de salvar una asistencia de calidad reconocida, pero con presupuestos insuficientes. Y asegura que las Comunidades estudiarán esta misma semana el cobro de un euro por visita y por receta a las rentas medias y altas. Denomina el periódico esta fórmula como «copago suave», y asegura que desde hace semanas se viene discutiendo ya en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que integran los siete consejeros de las autonomías del PP, los ocho de las autonomías del PSOE y los dos de partidos locales. La autonomía catalana ha venido siendo promotor y pionera de esta implantación, cuyas consejerías de Salud y Economía ya encargaron un informe a un grupo de expertos para recibir sugerencias sobre cómo financiar el sistema sanitario.

Ese informe será presentado precisamente en los próximos días al Consejo Interterritorial de Salud para que sea analizado por todos los consejeros de sanidad. Este informe, obra de 14 expertos de distintas especialidades, será divulgado en los próximos días a los consejeros de sanidad de todas las autonomías, y plantea iniciativas susceptibles de mejorar la financiación de la sanidad pública. Si bien el sistema sanitario español se pone generalmente como ejemplo cualificado en los foros internacionales, se destaca también que su calidad se apoya más en el esfuerzo del personal sanitario que en la dotación presupuestaria de su red, que es notablemente inferior a las de los países de nuestra propia área: un siete por ciento del Producto Interior español, frente al 11 por 100 del PIB francés o el 17 por 100 del PIB de los Estados Unidos.

Según parece, la introducción del copago tiene todavía importantes resistencias, entre ellas la del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. En otros gobiernos autonómicos, en cambio, parece que ha ido mejorando la disposición a incorporar primero, e ir aumentando progresivamente el nivel de pago de los servicios por el público que los utiliza, sobre todo, para que tenga un real conocimiento de lo que valen tales servicios. Algunas comunidades quieren ya poner en marcha la ficción de una factura que explique lo que hubiera costado en la medicina privada ese servicio y atención prestados en la pública. Otras alternativas para reducir o contrarrestar esos elevadísimos costes del Servicio Nacional de Salud serían aumentar los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, e incluso suprimir algunas de las prestaciones que ofrece el servicio nacional de salud, opciones que nadie quiere contemplar…

De todos modos, son conscientes los consejeros autonómicos que nadie es partidario, de entrada, de que se apliquen esos procedimiento del copago, ni siquiera aunque sea suave. Todos preferimos atenciones sanitarias totales y gratuitas, no faltaría más. Y quien rompa esta fórmula pudiera tener que afrontar las consecuencias electorales, una amenaza o advertencia que suele disuadir a los políticos de cualquier signo…

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