Fernando Jáuregui – Siete días trepidantes – Empiezan los líos en el PSOE


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

Tras el paréntesis de agosto, el mes de septiembre va a ser ya plenamente preelectoral. No hablo solamente de Cataluña, donde José Montilla se ha convertido en un problema serio para el socialismo del resto de España; hablo también, claro está, de los riesgos que corren los socialistas de perder algunas ciudades importantes, empezando por Barcelona, y alguna comunidad autónoma en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo.

Y así, en Madrid, en Valencia, en Andalucía, en Castilla-La Mancha, en Asturias y en Extremadura los resultados podrían ser sumamente malos para el PSOE, sugieren las encuestas disponibles. A ver qué nos dice el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas cuyo trabajo de campo concluyó el pasado jueves y se hará público a mediados de agosto, pero las perspectivas, en principio, no son buenas. Y ello, desde luego, está haciendo que se generen las primeras tensiones internas en un Partido Socialista que estaba (y está) básicamente pacificado bajo la batuta de Zapatero.

Tómese, por ejemplo, Madrid. Según algunas informaciones, el vicepresidente Chaves habría sugerido a personas cercanas a Tomás Gómez que renuncie a ser candidato a la presidencia de la Comunidad, si bien Gómez ha desmentido «rotundamente», en una dura entrevista con la cadena radiofónica que primero difundió el rumor, la veracidad de tales «filtraciones falsas». Y del candidato socialista a la alcaldía de Madrid no hay, de momento, ni siquiera noticias. En el PS madrileño se han tomado muy a mal las presuntas presiones sobre Gómez, sobre todo a la vista de que no parece existir una alternativa clara a este nombre. Algo similar ocurre en la Comunidad Valenciana, mientras que en Castilla-La Mancha y en Andalucía lo que ocurre es que sus respectivos presidentes, Barreda y Griñán respectivamente, no acaban de cuajar en los sondeos de intención de voto.

Pero, en fin, tiempo al tiempo. De momento, el primer obstáculo a saltar en las urnas, este mes de octubre, se llama Cataluña, y las cosas pintan tan mal para el candidato del PSC y actual presidente de la Generalitat, José Montilla, que se ha visto obligado a embarcarse en maniobras confusas que no dejan de poner en aprietos a su teórico jefe y correligionario José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno tiene que hacer auténticos encajes de bolillos para ofrecer la impresión de que la cuadratura del círculo, es decir, el mantenimiento íntegro del Estatut y el respeto literal a la sentencia del Tribunal Constitucional, es posible.

Una cuadratura que no gusta ni convence a todos en la familia socialista. No hubo sino que comprobar algunas ausencias -como la de Felipe González- en la exaltación de los diez años de Zapatero como secretario general del partido. Y escuchar la voz, tímidamente disidente con lo actuado en Cataluña, de algunos «barones» del PSOE, como los presidentes castellano-manchego o el extremeño. O la voz de Jose Bono, presidente del Congreso de los Diputados, otro nombre muy citado en la semana que concluye y que sigue siendo, pese a todos los avatares, una de las figuras más señeras en su partido.

Así, el patio empieza a estar algo revuelto -aunque no mucho aún, la verdad- en el seno del partido en el poder, donde ni José Blanco, número dos, ni Leire Pajín, la tres, se libran de ciertas críticas internas por su manera de conducir esta formación, sobre todo en estos momentos en los que se acercan unas elecciones regionales que resultarán muy indicativas para saber qué ocurrirá en las generales de 2012. Para colmo, hay un patente desconcierto en el seno del partido gobernante acerca de las verdaderas intenciones de Zapatero: nadie parece saber si se presentará o no a la reelección, aunque las apuestas inciden crecientemente por el «no». Así está, en este cuarto de hora, el panorama.

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