MADRID, 12 (OTR/PRESS)
El líder de CiU, Artur Mas, y el secretario general de la federación, Josep Antoni Duran Lleida, tildaron de «electoralista» a Montilla por su discurso de la Diada, que tampoco ha gustado a ERC, y en el que el «president» defendió que la «unión» y la «concordia» con España se imponga frente a la «pulsión separadora» de quienes intentan dinamitar los puentes con el resto del Estado. Mas le reprochó que fuese «más de partido que de país», porque no iba en la línea de «unir más a la gente» sino que incluía reproches a sectores del catalanismo. El líder de ERC, Joan Puigcercós, criticó la «visión demasiado partidista» de Montilla y le ha replicado que la voluntad «mayoritaria» de la sociedad catalana es decidir su futuro. Montilla, a su vez, ha defendido su discurso institucional por la Diada tras las críticas de la oposición y sus socios de ERC.
Montilla ha asegurado que su discurso tenía «sentido institucional y mesura», y ha atribuido las críticas a sus palabras a que «cada uno debe hacer su papel». Ha enmarcado estas críticas a la proximidad de las elecciones, puesto que «no se hubieran producido hace dos o tres años con el mismo discurso». En cuanto a la advertencia que hizo Montilla en el discurso sobre las «pulsiones separadoras», ha dicho que no sólo se refería a los independentistas catalanes. «Hay quienes nos quieren separar aquí, en Madrid y en otras partes de España», ha añadido. Según Montilla, la celebración de la Diada ha sido en todo momento «plácida», minimizando así la quema de una fotografía del Rey, una bandera española y una Constitución por parte de encapuchados durante la manifestación independentista de Barcelona.
Al preguntársele sobre las primarias en el PSM sobre quién debe ser el rival de Esperanza Aguirre en las autonómicas de 2011, si Tomás Gómez o la ministra Trinidad Jiménez, ha recordado que el PSC es un partido distinto al PSOE, por lo que opta por una actitud «exquisitamente neutral».
El líder socialista también ha asegurado que no va a pactar tras las elecciones con quien defienda «caminos inadecuados», lo que excluye a ERC por su voluntad de celebrar un referéndum soberanista en la próxima legislatura. «Con quien quiera coger caminos que no son los adecuados no vamos a pactar, a pesar de que tengamos buenas relaciones con ellos», ha asegurado. «Los pactos son posibles con quienes tienes coincidencias programáticas, con los que coincides respecto las cosas que hay que hacer», ha asegurado Montilla, quien ha vuelto a excluir aliarse con el PP tras las catalanas, ante sus incompatibilidades en cuanto a políticas sociales y modelo de Estado, entre otras. El presidente de la Generalitat de Cataluña ha precisado que las decisiones sobre políticas de posibles alianzas las fija el PSC y no se fijan en «ningún otro sitio» y ha señalado que las decisiones se tomarán pensando en lo que más conviene a Cataluña y al partido.
Preguntado por la posibilidad de que la ministra de Defensa, Carme Chacón, el ex ministro y ex candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno Josep Borrell o el que fuera secretario de Estado de Economía, David Vegara, puedan ir en las listas del PSC, Montilla ha dicho que ello «no está encima de la mesa», aunque «otra cosa es que puedan colaborar». En cualquier caso, Montilla ha señalado que, como presidente de la Generalitat, ha defendido los intereses de Cataluña, y se ha referido a «determinadas formaciones políticas que han jugado a confrontar y a crispar».
Por último, preguntado por la declaración, esta semana, del eurodiputado Ramón Tremosa (CDC) asegurando que Montilla «es el presidente que Franco soñaba para una Cataluña en democracia», el presidente catalán ha dicho que «si un dirigente del PSC hubiera hecho una afirmación similar respecto al representante de la máxima institución del país, seguramente hubiera tenido que rectificar».
También fue sintomática del clima preelectoral de esta Diada la decisión del Govern, previa consulta al resto de partidos, de blindar las ofrendas al monumento a Rafael Casanova de los abucheos habituales por parte del público. Si bien la tradicional ofrenda ha perdido tensión reivindicativa por la ampliación del perímetro de seguridad al monumento, el acto organizado por el Govern y el Parlament en el parque de la Ciutadella de Barcelona reunió a unas 15.000 personas que siguieron una serie de actos en los que el catalán y la Nova Cançó fueron los protagonistas.
En cambio, el trasfondo de la crisis se ha colado en la ofrenda floral a la tumba de Rafael Casanova en la iglesia de Sant Baldiri de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), en donde medio centenar de trabajadores de SAS han protestado ante el presidente catalán por el cierre de su empresa. Además, los líderes sindicales catalanes, Josep Maria Alvarez (UGT) y Joan Carles Gallego (CC.OO.), han aprovechado la Diada para hacer un llamamiento a la huelga general del 29 de septiembre.
