Julia Navarro – Escaño Cero – Gómez 1, Zapatero 0.


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

Los vencedores siempre se pueden mostrar magnánimos, pero lo que no pueden pretender es distorsionar la realidad, hasta ahí no llega su triunfo. Por eso, creo que Tomás Gómez hace bien en mostrarse generoso queriendo cerrar las heridas abiertas durante el proceso de las primarias en Madrid, pero lo que no va a poder es convencer a los ciudadanos de que no han visto lo que han visto. Y lo que hemos visto en las últimas semanas no ha sido otra cosa que la decisión del «aparato» con el apoyo del secretario general, es decir de Rodríguez Zapatero, de convertir a Trinidad Jiménez en candidata a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid. Pero la cuestión no es que pensaran que Jiménez era mejor candidata, sino que han hecho lo imposible por dejar en la cuneta a Tomás Gómez.

Tanto se han implicado los mandamases del PSOE en que Trinidad Jiménez fuera elegida, que obviamente si la ministra hubiese resultado candidata, el triunfo también habría sido de ellos, pero al no serlo el fracaso también lo es, y en primer lugar de Zapatero. La política es así, unas veces se acierta y otras se comete errores, lo mismo que en cualquier capítulo de la vida cotidiana. Desde luego, era comprensible que si en la dirección del PSOE tenían encuestas que señalaban a Trinidad Jiménez con posibilidades de obtener un buen resultado en las próximas elecciones, intentaran hacerla candidata. Otra cosa es cómo lo han intentado, ahí ha estado el fallo.

Durante semanas, Tomás Gómez ha sido objeto de una campaña bastante sucia. Desde las propias filas del PSOE le calificaban de ser el candidato de la derecha. Le han dicho de todo, y hasta le han advertido, de mala manera, para que no desairara los deseos de Zapatero. El caso es que por más que Tomás Gómez quiera hacer ver que no ha pasado nada y ahorrarle un sofocón a Rodríguez Zapatero, éste ha perdido ya su autoridad y sobre todo su liderazgo ha sufrido un duro traspiés.

Ahora nos podrán contar todas las milongas que les venga en gana: que si la democracia interna ha funcionado, que si el PSOE es el partido más democrático, que van a cerrar filas en torno al candidato, que si Zapatero apoya a Gómez, que si tal o si cual. Pero la realidad es tozuda y lo cierto es que Zapatero ha salido derrotado de estas primarias junto a Trinidad Jiménez que, por cierto, queda bastante desairada.

El caso es que todo lo que han hecho los mandamases del PSOE para designar candidatos a la Comunidad de Madrid ha sido un desastre y debería de estar en los manuales políticos sobre lo que no se debe de hacer. Se han equivocado a lo grande, y han salido escaldados, en primer lugar, el presidente del Gobierno y en segundo lugar la candidata, nada menos que ministra de Sanidad, y de ahí en adelante unos cuantos más.

En cuanto a si ha comenzado el postzapaterismo, la verdad es que lo parece. Ahí están las encuestas, pero sobre todo el clima, el estado de ánimo que se respira en la calle. Pero ya se sabe que los dioses ciegan a los hombres que quieren perder.

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