Fermín Bocos – El comienzo de algo.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños ya no es aquél desconocido que apenas asomaba cabeza en las encuestas. Ahora, tras derrotar a Trinidad Jiménez en Madrid -venciendo al candidato de Zapatero- ha pasado de meteorito a estrella. Si hace unas semanas su presencia no era origen de inquietud alguna para Esperanza Aguirre ahora las cosas han cambiado. Ahora Gómez, que más allá de su esquema político doctrinario, es el David de esta película, resulta que podría estar en condiciones de enlazar con un electorado que se siente de izquierdas, pero que no quiere saber nada de Zapatero y sus vaivenes políticos. Eran votos seguros para la abstención que ahora quizá se decanten a favor de un Tomás Gómez que aunque pierda frente a Esperanza Aguirre podría arrebatar al PP la mayoría absoluta y gobernar en Madrid con el apoyo de una Izquierda Unida que se recuperará algo merced a los votos de los descontentos con las reformas económicas del Gobierno.

Algo así era impensable hace sólo un par de semanas. La dirección del PSOE se equivocó en la dosis de «ordeno y mando». Rubalcaba llegó a decir en público que se atuviera Gómez a las consecuencias (se supone que por su acto de rebeldía). Porque su único capital -añadía- era haber sido el hombre que le había dicho «no» a Zapatero. A Rubalcaba le ha contestado Leguina. Lo de Goméz -ha dicho- no es un capital, es un «capitalazo». Un capitalazo político y «el comienzo de algo». Todos, menos la dirección de Ferraz, parece que hemos interpretado lo que quería decir el antiguo presidente socialista de Madrid. Ese «comienzo de algo» es la cuenta atrás de Rodríguez Zapatero como líder de un PSOE al que, claramente, perjudica políticamente en sus expectativas electorales. Así lo reflejan todas las encuestas.

Rubalcaba olvidó aquél decir del histórico Pablo Castellano según el cual los socialistas madrileños siempre han tenido un cuarto de litro de sangre anarquista. Se lo han recordado y pasado factura a Zapatero en la persona de la sacrificada Trinidad Jiménez. Es una lección que les debería llevar a actuar en la vida pública de otra manera. Con un poco más de modestia. Estoy con Leguina. Aunque algunos no quieran verlo, hemos asistido al comienzo de algo.

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