Francisco Muro de Iscar – La investigación y la urgencia.


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

La noticia es que le han dado el Nobel de Literatura a alguien que se lo merecía, que estaba en las listas desde hace años y que escribe en español. Alguien que dejó una temporada las letras por la política y que dice que «la política es una forma de maldad» y que «el nacionalismo, tanto el centralista como los periféricos, es una catástrofe en todas sus manifestaciones». Vargas Llosa no se arrepiente de su paso por la política, una «experiencia no grata, pero sí instructiva». No sé si eso es siempre así para todos los que -siempre demasiado pocos- acceden a la vida pública desde la cultura, la empresa, la industria, la Universidad* es decir para los que no son profesionales de la política, en el mal sentido de la palabra. En este Gobierno, dos ministros encajan en este perfil: Garmendia y Gabilondo. El de Educación está intentando poner algo de sensatez en el mapa educativo e insiste en que no todo está tan mal. Es verdad, podría estar mucho peor, aunque no sea fácil. Los índices de abandono y fracaso escolar superan el 30 por ciento. Construir así un país moderno y competitivo es una tarea casi imposible.

La otra ministra «no política» -todos somos políticos-, Cristina Garmendia ha estado a punto de tirar la toalla y marcharse ante los recortes en los Presupuestos para 2011 y, al final, ha logrado que Zapatero reconsidere la situación y la caída sea pequeña. Pero algo falla cuando la Confederación de Sociedades Científicas de España que agrupa a 30.000 investigadores y es la mayor organización científica de España ha denunciado que el presupuesto para I+D+i en 2011 es un 8,37% inferior al de 2010 y que con los recortes previstos «va a ser difícil recuperar la senda que hace unos años creíamos consolidada». Mientras Alemania aumenta sus presupuestos en I+D+i, a pesar de que nos lleva una ventaja de décadas, España los recorta y corremos el riesgo de que se tengan que marchar los fichajes que hicimos en los últimos años y los científicos españoles que recuperamos fuera.

No es la única señal de alerta. El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha reconocido que desde 2008 el CSIC ha perdido el 30 por ciento de los fondos de los que disponía y que las contrataciones caerán un 20 por ciento, que no se construirán nuevas infraestructuras y que se eliminarán incentivos para nuevos proyectos. Economía de guerra. Sumen la rebaja de sueldo a los funcionarios (un 5%) y comprenderán que el panorama de la ciencia y la investigación en España, después de unos años de mejora, vuelve a pintar mal, precisamente cuando más necesaria es para tratar de cambiar un modelo productivo. No será fácil tener un Nobel de Ciencia que hable español o que haya nacido entre nosotros. Ni ahora ni dentro de muchos años. Si no se siembra, no se recoge.

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