José Cavero – Quién nombró a Marcelino Iglesias.


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Un rumor recorre Madrid, y divulga la especie según la cual, la designación de Marcelino Iglesias como secretario de organización del PSOE habría sido decidida al margen de Zapatero y también la designación de Rubalcaba. Ambas designaciones tendrían idéntico propósito: marginal a Zapatero, restarle poder y preparar su relevo… Y sin embargo, estos rumores interesados, que se encargan de divulgar algunos medios y personajes claramente anti-ZP, no tienen en consideración, por lo que se ve, la versión que El Confidencial hace sobre la designación de Iglesias. Según esta publicación, Marcelino Iglesias fue encumbrado al Comité Federal del PSOE a propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero, como nuevo secretario de Organización. Pero que el máximo órgano del partido entre congresos ratificara el nombramiento por aclamación -lo contrario hubiese resultado impensable- no significa que faltasen aspirantes a ocupar la vacante dejada por Leire Pajín. Dice El Confidencial que el vicesecretario general y ministro de Fomento, José Blanco, a quien muchos dirigentes socialistas ven como el principal perdedor de la crisis de Gobierno, se esforzó en colocar como número tres a Antonio Hernando o a Elena Valenciano, dos de sus peones más fieles en la Ejecutiva, pero Zapatero vetó a ambos y acabó imponiendo el nombre de Iglesias. El todavía presidente de Aragón -Iglesias compatibilizará ese cargo con su nueva responsabilidad en el PSOE hasta las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo- es una persona muy querida y respetada en el partido, y Zapatero sabía que su nombramiento no levantaría ampollas ni en la Ejecutiva ni entre los demás barones regionales. Todo lo contrario que Hernando y Valenciano, los dos nombres que Blanco propuso al presidente del Gobierno y secretario general socialista para relevar a Pajín, y que no despiertan, ni de lejos, las mismas simpatías que el aragonés, según aseguran fuentes de Ferraz consultadas por El Confidencial. Hernando (Madrid, 1967) es secretario de Política Municipal en la Ejecutiva del PSOE y portavoz en la Comisión de Interior del Congreso. Valenciano (Madrid, 1960) es la responsable de Relaciones Internacionales de Ferraz y portavoz parlamentaria en la Comisión de Asuntos Exteriores. Ambos fueron dos de los más beligerantes defensores -junto a Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba- de la candidatura de Trinidad Jiménez frente a la de Tomás Gómez en las recién celebradas primarias de Madrid. Un apoyo que, según las fuentes consultadas, contribuyó a contaminar sus posibilidades -si es que llegaron a tener alguna, más allá de contar con el respaldo de Blanco- de ocupar la Secretaría de Organización.

Recuerda, además, El Confidencial, una tradición inveterada en el PSOE, que dicta que los secretarios de Organización sean elegidos en un congreso del partido, el máximo órgano de decisión. Zapatero ha violentado, por primera vez, esa regla con la designación a dedo de Iglesias, pero la propia Pajín dio garantías al líder socialista de que el Comité Federal no se opondría, como así ha sido. Las únicas críticas que se escucharon en la reunión del pasado fin de semana fueron las del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y las de su homólogo castellanomanchego, José María Barreda; pero no para rechazar la figura de Iglesias, sino para censurar que Zapatero tomase una decisión de ese calado sin consultar antes a los barones regionales. «Digamos que el Comité Federal ha hecho la vista gorda porque Iglesias es una persona que goza de mucho prestigio en el partido y no provoca rechazos», sostienen las fuentes consultadas. El nuevo secretario de Organización, que ayer se estrenó como portavoz del partido en la habitual rueda de prensa posterior a la reunión de la Ejecutiva, echó balones fuera cuando El Confidencial le preguntó si era consciente de que había otros aspirantes a número tres del PSOE. Iglesias se refugió en la ironía y respondió: «Para ocupar este puesto no suele haber muchos candidatos. La gente es más sensata». Blanco, según las fuentes consultadas, tampoco logró convencer a Zapatero para que Valenciano, cuando menos, compartiese con Iglesias el papel de portavoz del partido. La propia secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, añaden esas fuentes, se ha lamentado varias veces en privado de que no cuenta con el favor del líder socialista.

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