MADRID, 27 (OTR/PRESS)
Creo que estuvo estupendo el líder del PP Rajoy ayer en el Congreso. En el turno de control al Gobierno aprovechó su pregunta al presidente Zapatero para colar cuatro de esas propuestas concretas que siempre se le reprocha que no haga para ilustrarnos sobre cómo capearía él el toro de la crisis. Rectificar la congelación de las pensiones tal como le ha pedido por cinco veces el Congreso al Gobierno fue la primera y, por lo que vamos viendo, el eje de la estrategia popular contra el Gobierno desde la huelga del 29-S: un «fijo» en los argumentarios populares para afearle al PSOE sus recortes sociales, con su correspondiente memoria económica para aclarar de donde podría salir el dinero de la»descongelación». Ayudar a las PYMES y a los trabajadores autónomos donde más les duele, la morosidad institucional, habilitando una línea de crédito del ICO para que ayuntamientos, autonomías y Estado paguen de una vez la millonada que les deben a sus desesperados proveedores, muchos de los cuales acaban directamente por ello en la ruina. La tercera, agilizar la reestructuración de las Cajas de Ahorro, suena más técnica pero si recordamos que de lo que se trata es de garantizar su solvencia y que las Cajas son parte esenciadísima del sistema bancario al que la inmensa mayoría de ciudadanos que no pueden permitirse «paraísos SICAV» confían sus ahorros, nos queda bastante «de andar por casa. La cuarta, poner orden cuanto antes en lo que el líder de la oposición denominó en mi opinión quedándose corto a propósito para no asustar más, «el monumental lío» que está armado con la energía el ministro de Industria, Miguel Sebastián, más nos vale tomárnosla en serio porque, aunque parezca cosa de la macroeconomía, podría traernos muy graves problemas como país y en nuestra propia factura de la luz a no tardar mucho.
No ha sido la única vez que el líder del PP se ha «mojado» esta semana con propuestas; que aprovechase el XIII Congreso de la Empresa Familiar para pedir la «actualización» del Estado de la Autonomías a fin de que deje de ser «un obstáculo adicional» para la recuperación económica, abunda en el cambio de estilo, pienso que a mejor, que parece haber impulsado en el PP el reciente cambio de Gobierno. Pedir que se limite por ley el gasto de la Comunidades Autónomas, que hay que simplificar la telaraña legal que aqueja a las tres administraciones públicas que tenemos, o que se ha vuelto perentoria la necesidad de que el ciudadano tenga una ventanilla única, no es en absoluto atentar contra la configuración autonómica constitucional como le reprochan los socialistas, sino poner el dedo en la llaga de la corrupción, el despilfarro y los abusos que devoran como termitas el prestigio del novedoso modelo de Estado español ante los hastiados ciudadanos.
Por muy bien que comunique su «propaganda» el nuevo Gobierno, la realidad sigue pintando brava, y la gente no es tonta. No son palabras sino hechos (y pronto) lo que se necesita para impulsar la economía y el empleo. Por la vía de anudar a cada reproche una propuesta creíble y factible pienso yo que el principal partido de la oposición y su líder tienen más que ganar que limitándose a la crítica; y que es la mejor vía para consolidar posiciones en las encuestas y llegar saludable a las urnas.
