José Cavero – Primeras medidas de Mas: reducción de consellerias y supresión del Impuesto de Sucesión.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

El candidato de CiU y presidente electo del Govern catalán, Artur Mas, podría ser investido presidente antes de final de año. El nuevo Govern fijará medidas de austeridad y eliminará secretarias generales, organismos públicos y el impuesto de sucesiones, según La Vanguardia. Duran i Lleida seguirá en Madrid al menos hasta las generales, dice también el diario barcelonés. El líder de CiU, Artur Mas, será el próximo president de la Generalitat tras la victoria de CiU en las elecciones al Parlament, y podría ser investido antes de final de año. De hecho, este lunes el portavoz de CiU, Felip Puig, aseguraba que su partido espera poder formar gobierno para que empiece a trabajar «alrededor de las fiestas de Navidad». En cualquier caso, en las filas convergentes no se han entretenido mucho en celebrarlo y ya han adelantado algunas de las medidas de calado que emprenderá el nuevo Govern.

El número dos de la federación nacionalista y líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, ha anunciado que la primera medida del nuevo gobierno catalán, presidido por Artur Mas, será la «austeridad», y ha avanzado que reducirá el número de consejerías, secretarias generales y organismos públicos, así como la supresión del impuesto de sucesiones. Duran ha añadido, en declaraciones a RNE, que con la austeridad pretenden crear «confianza» en las pequeñas y medianas empresas, «imprescindibles» para generar empleo y superar la crisis. También ha manifestado la intención del nuevo Gobierno de suprimir el impuesto de sucesiones: «En muchas partes de España este impuesto ya no se paga y aquí todavía se sigue pagando, y por tanto, creemos que es injusto. Será otra medida pero habrá más, lógicamente». Por último, ha expresado que le gustaría una «imagen sólida» de la economía catalana para que «repercuta positivamente en el resto de España». En este sentido, ha recordado que España necesita un «Gobierno fuerte» como el de CiU, en el contexto de la crisis económica.

Sobre el futuro del dirigente de Unió se ha pronunciado el portavoz de CiU en el Parlament de Catalunya, Oriol Pujol ha asegurado que el presidente de Unió y número dos de la federación nacionalista, José Antoni Durán i Lleida, seguirá ejerciendo su condición de parlamentario de la Cámara Baja, o congresista, al menos hasta las próximas elecciones generales, que deberán celebrarse en 2012. En declaraciones al programa El Mon a la Rac1, el convergente ha atajado las dudas sobre el futuro inmediato de Duran, de quien se comentaba que podría hacer las maletas para volver a Catalunya para entrar a formar parte del futuro Govern de Artur Mas como titular de alguna conselleria. Pujol ha justificado la permanencia de Duran en Madrid al asegurar que el trabajo de aquí a final de la legislatura será muy intenso en la cámara española y Duran ha tenido y tiene un papel muy importante en la estrategia de la federación con respecto a la relación con España.

Al día siguiente de la jornada electoral, el próximo president se ha mostrado «muy honrado por una victoria muy amplia que tomamos con humildad, un gran sentido de la responsabilidad y mucha esperanza». Sin embargo, como ya hiciera anoche tras anunciarse su victoria, volvió a recurrir a la prudencia al advertir que «las circunstancias objetivas del país son muy duras. También lo serán a partir de ahora. No podemos hacer milagros». También en declaraciones al mismo programa de radio, Mas también ha echado la vista atrás para recordar que el camino no ha sido fácil: «La travesía del desierto ha sido dura, no lo quiero negar, pero ha sido una gran escuela de aprendizaje», señaló, para asegurar que no había «pensado casi nunca en tirar la toalla. Siempre pensé que cuando me diera cuenta que era más parte del problema que de la solución por CiU, yo debería plegar», aseguró. El flamante ganador se ha referido también a la derrota del PSC y ha la situación en que queda el candidato socialista José Montilla, quien anoche reafirmó su decisión de no volver a repetir como candidato a unas elecciones autonómicas: «Yo no sé si es un calvario o no lo que está pasando Montilla. Debe ser duro para él. Su derrota ha sido clara, pero ha tenido el altísimo honor de ser el presidente de Catalunya durante cuatro años y eso es motivo de agradecimiento», opinó Mas. En cualquier caso, el líder de CiU explicó que, a su entender, «Montilla eligió una fórmula de gobierno muy forzada. Esto con la situación de crisis, las dificultades, la relación con el PSOE… Todo ello ha hecho que este gobierno no acaba de salir», dijo. La federación nacionalista consiguió la amplia victoria anunciada por los sondeos a pie de urna al hacerse con 62 escaños, muy por encima de los resultados de 2006 y sólo a seis diputados de la mayoría absoluta.

En el otro extremo, el profundo batacazo del PSC, que consiguieron 28 diputados, que constituyen los peores resultados en una catalanas hasta la fecha. A pesar de la diferencia, el candidato vencedor agradeció anoche la confianza depositada por quienes no suelen votar a CiU y lo hicieron en la jornada electoral porque, «también ellos han depositado en nosotros su confianza. Todo esto nos obliga a actuar con un gran sentido de responsabilidad», aseguró.

«Necesitaremos la ayuda de todos porque Catalunya la tendremos que levantar entre todos. Necesitamos un país movilizado porque necesitaremos todos sus activos. Por eso os convoco a todos a sumar esfuerzos durante los próximos años para conseguir una Catalunya mejor, próspera y respetada, que tenga prestigio de todos». De esta forma, Mas tendió la mano a los electores y a las formaciones políticas del Parlament a trabajar unidos para levantar el país. Mas ha cosechado la «mayoría amplia» que pretendía para poder formar en Catalunya un Govern monocolor y poder elegir los apoyos parlamentarios a cada momento para ir desplegando sus políticas. Los estrategas de CiU se habían marcado el objetivo mínimo de superar en número de escaños a la suma de PSC, ERC e ICV-EUiA pero además reconocían en privado que si se superaba el listón de los 60 escaños, Mas se garantizaría la formación de un Govern «fuerte» y en solitario, sin «muletas» ni «hipotecas»: 62 diputados, objetivo cumplido. Al quedar a tan solo seis escaños de la mayoría absoluta, CiU tiene al alcance de su mano la constitución de un gobierno monocolor, que deberá buscar apoyos externos para su investidura y su posterior acción de gobierno.

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