José Cavero – Los socialistas quieren ser la oposición a Artur Mas


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Nadie duda de que la elección de Artur Mas como nuevo presidente de la autonomía catalana es una relevante novedad política con la que se cierra el muy ajetreado año 2010. No sólo es el regreso de los nacionalistas de CIU y la vuelta del PSC a la oposición. En primer lugar, está por ver cómo Mas afronta sin mayoría la tarea de gobernar. Ya vimos una primera demostración, su propia investidura, a la que «echó una mano» el PSC, y en la que el PP, por boca de su líder Sánchez Camacho, sugirió que estaba dando comienzo a una «socioconvergencia» de hecho…, algo que se esforzaron en negar tanto Mas como Nadal. Sin embargo, el ministro Rubalcaba no descartaba que convergentes y socialistas puedan cooperar en adelante en tareas nacionales en el Parlamento de Madrid o en el Parlamento catalán, por igual. Ahora es más fácil que cuando el PSC gobernaba en Cataluña con ERC e ICV. Y sin embargo, el PSC aspira a ejercer la Oposición a Mas con toda su crudeza. Cuenta este jueves La Vanguardia una reunión que el grupo socialista celebró antes de que arrancase la última sesión de la investidura de Artur Mas, y que dio lugar a un vivo debate sobre la orientación que debe tomar el PSC en esta nueva andadura parlamentaria. El encuentro se celebraba tras el pacto escrito alcanzado el miércoles con CiU para facilitar la elección de Artur Mas, y precisamente por eso, la mayoría de diputados lanzaron un aviso interno -recogido por el presidente del grupo, Joaquim Nadal- para que no se confunda este apoyo con una «entrega» a los nacionalistas o una sociovergencia encubierta. Casi una decena de dirigentes intervinieron en esa reunión, de apenas media hora, con diversos matices, pero con el hilo conductor de que, a partir de hoy mismo, debe empezarse a realizar una oposición, constructiva sí, pero contundente. Y explicarlo bien a la opinión pública. A modo de resumen, los diputados socialistas señalaron que tras la abultada derrota electoral hay que marcar bien las diferencias con CiU: financiación (vigilancia sobre el «pacto fiscal»), Estatut como referencia, políticas sociales y un «no claro» a la «transición nacional» que propone Mas. Según esta información, entre otros, tomaron la palabra Montserrat Tura, Ernest Maragall, Jaume Collboni, Rocío Martínez Sempere, Laia Bonet, Marina Geli, Joaquim Llena… Nadie puso en duda la decisión de abstenerse en la investidura, pero cada uno buscó acentos complementarios en el análisis. Los más entusiastas subrayaron que es importante que al PSC se le vuelva a asociar con una imagen de centralidad. También hubo quien consideró que hubiese sido mejor una «abstención técnica», es decir, sin negociar ningún documento. Otros remarcaron que tras una campaña difícil y un resultado complejo se tenía que explicar bien a la sociedad y también a las bases del partido por qué no se ha votado no. Nadal se ausentó durante unos minutos, cuando tuvo que poner la rúbrica junto a CiU en el documento de investidura. Y después volvió a reincorporarse rápidamente para cerrar la reunión de un grupo con muchas ganas de debatir, en esta nueva etapa con todo por definir. El dirigente socialista tomó nota de los argumentos, y hubo coincidencia en que, una vez concluida la investidura, hay que pensar en la oposición. La etapa inicial que se marcó el PSC para demostrar a la ciudadanía que pasa con dignidad a la oposición llega a su fin. En fin, el PSC y el PSOE oscilarán entre la firme oposición en Cataluña y la cooperación en Madrid, en una fase que puede resultar altamente gratificante para ambas partes.

JOSE CAVERO

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