MADRID, 25 (OTR/PRESS)
Dios nos libre de una mayoría absoluta del PP, ha dicho Artur Mas en estas horas de gloria y emociones para el nuevo president de la Generalitat. De momento, se ha librado de esa cierta dependencia del PP catalán que habría supuesto un apoyo de los de Sánchez Camacho en su investidura. Cualquier dirigente de CiU al que usted pregunte le dirá que la salida del Gobierno catalán hace siete años fue culpa del abrazo del oso de los pactos con el PP. Artur Mas ha aprendido la lección de 2003 y ha rehuido el apoyo del PP para su investidura, propiciando con entusiasmo el compromiso con el PSC. Después de todo, CiU y PSC representan dos visiones distintas pero no opuestas de lo que es y debe ser Cataluña, cuya suma acoge a la inmensa mayoría de los votantes catalanes, esa mayoría central y centrista de los habitantes de la comunidad autónoma. Ya sabemos que cuando uno u otro se salen de madre no lo hacen con la sinceridad de quien está convencido de lo que hace o dice. El pacto de CiU con los socialistas catalanes sólo puede traer beneficios para la mentada gran mayoría.
La experiencia del tripartito al fin no resultó todo lo venturosa que en un principio se esperaba. La izquierda suele ser quisquillosa consigo misma y parece que eso del poder le da como una cierta vergüenza. No sé por qué, tal vez por distinguirse de la derecha, que tiende siempre a la sagrada unidad que le permita la dominación de todos los cotarros. El caso es que fueron siete años de peleas y de deslealtades entre ellos mismos, lo que auguraba ya desde muy pronto que el tripartito de la izquierda iba a ser breve. Así que más vale ahora este pacto y este clima de acuerdos entre los nacionalistas de CiU y los socialistas, lo que hará que entre unos y otros avancen los conceptos de autogobierno y de tendencia a la igualdad social y económica. Lo que es el colmo del buen gobierno democrático e incluso progresista. Mejor que no se dejen llevar ni unos ni otros por los excesos de las ambiciones personales o de clan, con lo que se puede decir que Cataluña se acercará más al ideal del buen gobierno.
PEDRO CALVO HERNANDO
