Francisco Muro de Iscar – 43,6 y no pasa nada.


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

El acuerdo Gobierno-Sindicatos puede ser un bálsamo para la situación económica, pero no es la solución. Hacen falta más reformas y en todos los campos, entre ellos, sin duda, el empleo juvenil. Estos días hablamos de la oferta alemana para llevarse a jóvenes técnicos españoles, pero eso, al margen de descapitalizarnos porque se van a ir los mejores, no aliviará uno de los peores datos de la economía española: tenemos una tasa de paro juvenil del 43,6 por ciento. El doble prácticamente de lo que teníamos en 2004, un 24 por ciento, que ya era una cifra enorme. El 25 por ciento de los jóvenes europeos en paro son españoles y mientras en Europa el paro juvenil ha crecido 2,6 puntos en los últimos años, en España lo ha hecho en casi un 20 por ciento. La tasa de paro juvenil cuadruplica la tasa mundial. Y como dijo en el Congreso el presidente Zapatero «no va a ser fácil reducir esa cifra». Y no pasa nada.

Una tasa de paro juvenil de ese calibre -aceptando como dicen todos en que tenemos a la generación mejor preparada de las últimas décadas- indica problemas estructurales profundos en nuestra modelo económico. Y a eso, que debería ser un asunto capital para que Gobierno, sindicatos, patronal y oposición le hincaran el diente, hay que sumarle otros factores que agravan aún más la realidad. En primer lugar que la mayor parte de los jóvenes por debajo de 30 o 35 años que tienen trabajo -es decir, los privilegiados- son mileuristas y, seguramente, han tenido o tienen contratos temporales. No es un problema de que sean caros, son baratos incluso aunque tengan una carrera y un máster, hablen dos o tres idiomas y tengan alguna experiencia laboral.

Además, en muchos de ellos, especialmente en los universitarios -médicos, ingenieros, arquitectos, enfermeros, etc.- que ahora se quiere llevar Merkel, pero que también se están marchando a Portugal a Inglaterra y a otros países, el Estado ha invertido entre 40.000 y 50.000 euros para formarles, de los que los interesados han pagado -matrícula y tasas- aproximadamente la décima parte. Eso sí, somos lideres en abandono escolar -una tasa del 30 por ciento- y en repetidores -la tasa más alta de Europa-.

En los dos últimos años casi medio millón de jóvenes ha ido a las listas del paro. Y la historia sigue. Lo que no se entiende es que ni los gobernantes estén trabajando para cambiar esta tendencia -alguna idea deberían tener- ni los sindicatos de estudiantes, o los otros, estén mirando a ver si les cae algo de algún sitio. No me extraña que en el Foro de Davos se haya dicho que esa situación española «es insostenible». ¿Jubilarse a los 67? Tal vez para mantener en casa a los jóvenes sin esperanza. Hay que estar ciego para no verlo y hay que ser incompetente para no actuar ya.

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