Charo Zarzalejos – El tiempo que apremia.


MADRID, 05 (OTR/PRESS)

Pendientes de Egipto, atentos a Angela Merkel, el calendario corre de manera inexcrutable. El tiempo pasa para todos y en todos los ámbitos de la vida. En política, el tiempo es uno de esos intangibles que hay que saber manejar con extremado acierto pero cuando de elecciones se trata, el tiempo deja de tener misterio porque se convierte en plazo insalvable. Por ello, mañana, en Bilbao, la izquierda abertzale; es decir, la ilegalizada Batasuna, va a presentar los estatutos con los que pretende poder acudir a los próximos comicios.

El evento ha suscitado curiosidad hasta el punto, según cuentan las crónicas, que han tenido que aumentar el aforo provisto. El PNV ha decidido enviar lo que denominan «representación de cortesía», mientras que PSE, PP y UPyD han declinado la invitación. Que nadie dude que serán unos estatutos formalmente rigurosos pero para su legalización Batasuna deberá superar más requisitos que los que caben en un papel. Y ellos lo saben. Los dirigentes de Batasuna actúan y se manifiestan como si ETA hubiera acabado, como si hubiera dicho su adiós a las armas. Dan por cerrado un eterno ciclo de violencia y pretenden que todos los demás hagan lo mismo. Que todos_Gobierno, jueces y ciudadanos_den por zanjado el tiempo de la violencia, como si este tiempo, de verdad, se hubiera acabado. Piden un acto de fe, una apuesta por un proceso que ,hasta el momento, ETA abre y cierra según le convenga.

Si el ministro de Interior ha afirmado que las víctimas tienen derecho a no creer en la actitud de firmeza del Gobierno frente a ETA , parece obvio que todos los demás tengan, tengamos, el derecho a poner muy en tela de juicio ese nuevo tiempo en el que ETA , al parecer, no existe. Un nuevo tiempo en el que se recrea la idea de que ETA es pasado.

El calendario apremia a la izquierda abertzale porque las elecciones están a la vuelta de la esquina y hay que llegar a tiempo a los plazos legalmente previstos. Llegados a este punto y partiendo del hecho de que la izquierda abertzale, efectivamente, quiere estar presente en las instituciones y si ese nuevo tiempo es tan cierto como tratan de hacernos ver, cabe preguntarse por que dar tantas vueltas a la noria y no ir al grano. Por un lado, la izquierda abertzale está a tiempo de abjurar de ETA aunque sobre sus espaldas pese siempre el largo tiempo de silencio connivente con las atrocidades de la organización terrorista. Por otro, ETA podría decir que se acabó, que ahí están las armas y los zulos. Si nada de esto ocurre y se cae en la tentación de pensar que estamos en un tiempo nuevo, es probable que volvamos, sin darnos cuenta, a los viejos tiempos.

Un apunte final: para ETA es secundario que Batasuna sea o no legalizada. Si lo son, se atribuirán el mérito y si se les mantiene en la ilegalidad, será el Gobierno quien quiere «dinamitar el proceso» por lo que volverán a «la vanguardia». Ya todos nos conocemos.

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