Carmen Tomás – Desde el parqué – Prisas por ahorrar.


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Al gobierno le han entrado las prisas por ahorrar energía. La difícil situación que se vive en Libia, uno de nuestros suministradores de petróleo y el precio que como consecuencia del miedo a la falta de suministro puede alcanzar el barril que ha tocado los 120 dólares, ha puesto en alerta a todas las cancillerías. Hay miedo a que estos elevados precios sigan la escalada y sobre todo a que frene la incipiente recuperación de las economías occidentales. A nuestro gobierno se le han encendido todas las alarmas. El sobre coste que tenemos que pagar ha empujado a hacer algo. En este sentido, el consejo de ministros aprobaba el viernes un plan que se puede resumir en que temporalmente habrá que ir más despacio por autovías y autopistas. Nos han explicado que el ahorro será del 15 por ciento. Muchos expertos han puesto ya en duda que ese menor consumo se vaya a producir tal cual y no digamos si hay que gastar en señales y demás.

No cabe duda de que a España nos coge en el peor momento. Estos altos precios de los combustibles no sólo dañan el bolsillo directamente, sino también la factura del país y los precios. La inflación puede hacer subir más pronto los tipos de interés y por tanto frenará el crecimiento y dañará el empleo. Claro que ahora mismo hay que hacer algo. Pero, lo que hay que hacer es pensar a largo plazo, ya que España desgraciadamente es dependiente del petróleo y del gas ajeno y de lugares conflictivos o potencialmente conflictivos.

Ahora es cuando se echa de menos una política energética coherente. Con una energía segura en su suministro y además barata y limpia. La negación de la energía nuclear por cuestiones ideológicas deberían ser cosa del pasado, pero se han desdeñado y maltratado. Los errores cometidos con las renovables por su coste y su poca seguridad en el suministro nos han llevado a mantener una dependencia que ahora se ve peligrosa y que debería corregirse para el futuro. Para el presente, con la soga al cuello, solo cabe tomar medidas de ahorro, aunque no parecen, a la luz de lo que dicen los expertos, que las más efectivas sean las encaminadas a rebajar los límites de velocidad. Algo más serio, pensado y útil deberían preparar desde el gobierno, al que le ha estallado otra bomba de relojería en plena cara, después de estar años taponando cualquier iniciativa que no tuviera que ver con subvencionar molinos y huertos solares.

En este ambiente, los mercados que podrían haber tenido una buena semana, al final en España el principal indicador no pudo y se dejó en los cinco días un 2,2 por ciento.

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