Victoria Lafora – El paro no para.


MADRID, 2 (OTR/PRESS)

Ni la «incipiente» recuperación económica de la que, con su habitual optimismo, habla el Gobierno, ni los brotes verdes de la vicepresidenta Salgado, sirven para frenar las cifras del paro. Otra vez, un mes más, el dato es malo: 68.260 personas han perdido su puesto de trabajo, en un deteriorado mercado laboral que alcanza ya la cifra de los cuatro millones trescientos mil, según los datos del Ministerio de Trabajo.

Frente a esa realidad económica no hay cifras macro, ni expectativas optimistas, que puedan devolver a la ciudadanía la sensación de una recuperación a corto plazo o por lo menos que atisben una luz al final del túnel.

Con la imprudencia habitual, el otro vicepresidente, Manuel Chaves, casi a la misma hora en que se daban a conocer estas cifras, hacía unas declaraciones a Televisión Española en las que, nuevamente, ponía fecha a la creación de empleo. Como si no hubiera aprendido la lección de tantos anuncios desmentidos por la cruda realidad, Chaves decía que en el segundo semestre de este mismo año esperaban crear puestos de trabajo, aunque no los necesarios como para que se notara significativamente en un descenso del paro.

Lo más dramático de una crisis de estas características, que en el caso español, a diferencia del resto de Europa, está castigando especialmente al mercado laboral con unas cifras de paro insoportables y que dificultarán y mucho la recuperación económica, es la perdida de credibilidad absoluta de los responsables económicos con su presidente a la cabeza. Pero no ya ante los mercados internacionales, donde las medidas de recorte del déficit está dando resultados, sino ante los trabajadores españoles hartos de fechas de recuperación que no se cumplen y de medidas que resultan absolutamente ineficaces y que se venden como una panacea que creará miles de puestos de trabajo.

La perdida del empleo, y lo que ello conlleva, es un factor desgarrador para una familia, y las falsas expectativas de una rápida recuperación del mismo, no basadas en datos contrastados y reales sino en deseos y objetivos electorales, son una trampa para el partido político que utiliza tales argumentos porque la desafección popular crece cuanto más se frustra su esperanza.

Es cierto que hacia falta una reforma laboral, pero no que, sólo con ella, se fuese a crear empleo en unos meses, como se ha visto. Porque empleo de verdad sólo se creará cuando este país crezca por encima del 2 por ciento y para eso, según los expertos, faltan bastantes años. Y es que unas cifras de paro inasumibles lastran la economía y hunden las arcas públicas. Eso es lo que hay que contar a los ciudadanos.

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