MADRID, 15 (OTR/PRESS)
El senador Casimiro se considera victima de una maniobra del PP y su la caverna mediática que han hecho de este «incidente lamentable que le puede ocurrir a cualquiera» un problema nacional y subrayó que ese partido ha actuado de forma vil y descarada». Imagino que el senador Casimiro sabe lo que es un testigo, lo que son varios testigos, lo que es una cámara de grabación que suele estar en las puertas de las comisarías, lo que es la palabra de uno, dos, tres agentes de la autoridad etc. Y digo que imagino que lo sabe porque si no resulta muy aventurado negar públicamente todo lo que sobre él se ha dicho y lo reduce todo a una complicadísima maniobra del PP para desprestigiarle a él y a su partido, el PSOE, en la que estarían involucrados camareros, porteros, señoritas de compañía, y policías. No sé yo si el senador Casimiro da para tanto; es posible que sí, pero si el PP y su caverna mediática se toman tanto trabajo en el descrédito de un desconocido senador del PSOE (desconocido a escala nacional, naturalmente) que no harán para desacreditar a Rubalcaba. Ahora empiezo a entender lo del Faisán: todo ha sido una comedia perfectamente urdida desde Génova.
Y naturalmente al portavoz del PP en el Senado le ha faltado tiempo para pedir al grupo parlamentario socialista la renuncia al escaño «por dignidad» del senador Casimiro, pero va a ser que no, al menos por ahora. Y es que aquí todos estamos en plan fino y educado. El PP pide la renuncia de don Casimiro y el PSOE en Valencia se ofrece gentilmente para ayudar al PP a desalojar de la presidencia de la Comunidad al señor Camps, al que se le ha abierto juicio oral por el enojoso incidente de los trajes. Y aunque uno no termine de entender la mitad de las cosas que pasan en el PP (la mitad es poco, la tres cuartas partes por lo menos) hay que reconocer que teniendo llaga donde meter el dedo, no ha estado muy brillante ni oportuno el secretario de Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando que, en rueda de prensa, ha preguntado al líder de los «populares» si va a acompañar al presidente de la Generalitat valenciana el día que se siente en el banquillo de los acusados. Sobre esto de los acompañamientos, mejor correr un tupido velo en el PSOE que aun se recuerdan las extrañas comitivas hasta la cárcel de Guadalajara acompañando a Barrionuevo y Vera no acusados sino sentenciados ya por algo más importante que unos trajes.
Yo no sé si alguna vez en este país habrá algún puchero en el que no se cuezan -fatal y necesariamente- habas.
