Crisis financiera. ¿Signos de un nuevo orden mundial?

Los gobiernos han estado siempre endeudados con la “alta finanza” y este endeudamiento ha generado subidas de impuestos y pérdida de poder adquisitivo. La solución a las crisis siempre ha sido a base de quiebras, reducciones de plantilla, bajadas de producción y creación de nuevo dinero-deuda. Hasta aquí todo claro, lógico, razonable y creíble. Incluso la explicación de la quiebra del Lheman Brothers por los bonos basura es entendible como origen del tsunami, pero hay más.

Algunos críticos del sistema opinan que estos periodos de prosperidad-crisis no sólo son evitables sino que además son un “caos” muy bien organizado, con una vertiente política de largo alcance. La dimensión de esta crisis financiera global no sólo escapa a todos los patrones conocidos sino que todo apunta a que estamos asistiendo a una guerra financiera sin precedentes, con una clave principal: la supervivencia del dólar como divisa internacional versus la creación de una moneda única.

Para hacer el análisis tenemos que retrotraernos al 15 de mayo de 2011, fecha de la detención de Strauss Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional. Recuérdese que, aun sin datos fidedignos, se sospechó desde un principio de un montaje tejido en las alturas para dinamitar al personaje. Conociendo cómo se trabaja desde las altas esferas del poder, esto siempre nos pareció un caso de libro. Sin embargo, los medios de comunicación consiguieron –como estaba previsto—crear una cortina de humo con la agresión a la camarera inmigrante, vertiendo todo lujo de detalles sobre la instrucción.

HAY CIERTA INFORMACIÓN QUE NO SALE A LA LUZ
Según el periodista Thierry Meyssan, la detención de Strauss Kahn se hizo “para evitar la inminente creación de una nueva moneda internacional de reserva, que tendría lugar el 26 de mayo de 2011”, durante la reunión del G8 en Deauville, Francia. (Hacemos todas las reservas oportunas sobre Thierry Meyssan, radical izquierdista que preside la Red Voltaire, crítica con el imperialismo de EE.UU. y, muy benevolente con Rusia y China. Pero ahí están los datos y los hechos).

El proyecto de la moneda única llevaba madurándose desde la caída del Lheman Brothers con el favor de Rusia, China y Brasil, y la oposición de Estados Unidos. Hay que recordar que cuando se produce la detención, Strauss Kahn se encontraba en el avión, a punto de despegar, para reunirse con Angela Merkel y después con el coronel Gadafi, pieza importante en este rompecabezas. Pero, ¿qué tiene que ver el mandatario libio en todo esto? Para explicarlo tenemos que ir un poco más atrás, al 29 de marzo de 2009, cuando Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Central de China puso en cuestión el dólar como moneda de reserva, y propuso la utilización de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, como alternativa al “Bancor”, moneda única propuesta por Keynes, que nunca llegó a implementarse. En las cumbres del G8 en el 2009 se acordó la emisión de Derechos Especiales de Giro. Gadafi entra en el tablero porque el Banco Central libio, de manera experimental, iba a basar su moneda, el Dinar, en los aludidos Derechos Especiales de Giro. Antes de la “primavera árabe” Gadafi había impreso dinares libios, garantizados por oro y DEG. Pero Francia y el Reino Unido, al entrar en guerra con Libia provocaron un congelamiento teórico no sólo de los fondos del estado libio, sino de los de la propia familia Gadafi, y enviaron cuadros del banco HSBC a Benghazi con la intención de crear en esa ciudad un Banco Central libio de los rebeldes y apoderarse de los fondos de la nación. A fecha de hoy, el gobierno de Gadafi está más acorralado que nunca y los rebeldes toman posiciones. Sólo queda esperar acontecimientos.

Con la detención de Strauss Kahn, mientras los medios nos entreteníamos hablando sobre los pormenores filtrados sobre la supuesta agresión, durante diez días quedaron en suspenso los problemas del euro y el dólar. Strauss dimitió y con el nombramiento de Christine Lagarde –vinculada a la industria armamentística estadounidense, otra clave importante, a la que se opusieron Rusia y China—, el FMI recuperaba su capacidad de acción.

La guerra financiera continúa. A la nueva presidenta del FMI le han sacado varios trapos sucios –quién en esas alturas no los tiene—que podrían llevarla a la cárcel, y por otro lado, los forenses han dictaminado que la camarera sí había sido violada. A Strauss Kahn le conocían muy bien sus debilidades, pero ello no le resta credibilidad a los datos; muy al contrario, los fortalece.

Otros analistas críticos e independientes nos invitan a vislumbrar quién mueve los hilos y por qué, desde una perspectiva más abarcadora, teniendo en cuenta parámetros que se nos escapan. Más allá de documentales como Inside job, de Charles Ferguson, sobre la trama político-financiera que propició la crisis internacional, cada vez se habla más de gobiernos en la sombra o de grupos de poder que tras bambalinas dirigen el destino del mundo. “Denme el control de la moneda de una nación y no me importa quién haga sus leyes” reza la famosa frase de Rothschild. Apellidos como el citado o Brzezinski y fundaciones como Rockefeller o Carnegie, con su comité filantrópico, o grupos como Comisión Trilateral y el Club Bilderberg, parecen estar relacionados con los cambios sociales del último siglo. A ellos pertenecen los grandes bancos y los grandes imperios de comunicación.

LA CAUSA DE LA CRISIS ES LA FALTA DE VALORES
Sin embargo, no hay duda de que el origen de la crisis financiera hay que buscarlo en la crisis moral, que sufre la sociedad. Ésta se ha apartado de Dios y ha dejado a un lado los valores. Traigo a colación para finalizar, las palabras del papa Pío XI, quien ya en 1931 tildaba al poder de los banqueros de “Imperialismo internacional del dinero”. En su encíclica Quadragesimo Anno dice: “…dueños absolutos del dinero, gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto; se diría que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que tienen en su mano, por decirlo así, el alma de la vida económica, que nadie podría respirar contra su voluntad”. Así era, y así es, pero peor. Por eso, 80 años después, otro papa, Benedicto XVI, muy oportunamente en el transcurso de la JMJ, nos ha recordado que de la crisis se sale con ética. No lo olvidemos.

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora
Directora de Ourense siglo XXI
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
www.magdalenadelamo.com
[email protected]
(21/08/2011)

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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