No vengo a hablar de mi libro —aún no—, pero sí de mi programa de televisión, La Bitácora, que se emite lunes, miércoles y viernes en Popular TV. Sé que muchos de ustedes han leído en los medios que dicha cadena había sido fagocitada por Canal 13, la nueva empresa de comunicación de la Conferencia Episcopal, antes incluso de que CNN Plus, VEO 7, La 10 y otras de ámbito nacional y autonómico, pasaran a mejor vida o se quedasen simplemente como redifusoras o emisoras de publicidad con un único programa, tal es el caso de la tele del grupo de Pedro Jota, espacio por cierto de gran altura, presentado por el comprometido periodista Carlos Cuesta.
En efecto, Popular TV feneció, excepto en algunas comunidades autónomas, entre ellas Galicia. En la tierra de Santiago, los obispos de las cinco diócesis han apostado por nuestra televisión autonómica, cuya licencia —dicho sea de paso y en honor a la verdad— creó alguna que otra controversia. Y aunque corren malos tiempos para todos y nos afecta la crisis como al que más, hemos interiorizado el lema de la Xunta “Hacer más con menos”, y luchamos día a día por hacer una programación digna. Con la cabeza alta, la voz clara y la ilusión por arrobas, los que aquí trabajamos nos dejamos el corazón y la piel intentando poner un granito de arena en la consecución de un mundo mejor donde el hombre no sea un lobo para el hombre. El proyecto de la nueva evangelización es nuestra razón de ser, lo que nos justifica como medio de comunicación social y pretendemos llevar a lo concreto la petición de Benedicto XVI: el compromiso de los laicos. No es que recemos el rosario o hagamos novenas a todas horas. Tenemos la misa diaria, sí, y programas religiosos y de testimonio, como no podía ser de otro modo. Pero evangelizar no es sólo eso. Evangelizar es enseñar a discernir y proponer el sentido recto y objetivo de las cosas. Evangelizar es hacer proposiciones alternativas al relativismo moral, a la cultura imperante del vale todo. Es lo que he denominado la evangelización transversal. Hoy vivimos tiempos de gran confusión, de olvido de valores, más que de pérdida en su sentido literal. Pero estos tiempos son a la vez muy interesantes y las nuevas tecnologías ofrecen múltiples posibilidades. El periodista o comunicador comprometido tiene todo un filón donde cavar y extraer vagonetas de ideas, para ofrecer a una sociedad de nortes perdidos, inmersa en una especie de edad de hierro de las ideas o Kali Yuga que es lo mismo, pero en sánscrito.
Pero Popular TV no podría llevar a cabo este proyecto sin la colaboración de cuantos participan en nuestras entrevistas, monográficos, debates y tertulias, personas en general comprometidas con los valores del humanismo cristiano. A ellos quiero agradecer desde aquí su generosidad.
Por La Bitácora pasa lo más granado de la sociedad gallega. Estoy orgullosa de contar con “los mejores contertulios, los más incisivos, los más comprometidos y los mejor informados”. Es nuestro lema. El economista y sociólogo Miguel Cancio es uno de nuestros cracks y siempre da más de lo que se le pide; lo mismo el abogado Francisco Tarrío, presidente del think tank coruñés “Centro de Estudios Públicos Poder Limitado”, el docente y ex conselleiro de presidencia, Jaime Pita; la abogada María Trigo; el historiador Agustín García Montón; la catedrática Marta Álvarez; los sacerdotes Trinquete y Feijóo Mirón; el director de la Academia Postal, Francisco Nóvoa; el doctor Marí Solera; el filósofo, especialista en Ortega, Bernardo París; el ex director de la TVG Anxo Quintanilla; el periodista y empresario de medios de comunicación, Fidel Fernán; o la profesora universitaria Gloria Solé. Todos ellos conforman las hebras de nuestro tejido de ideas que semana tras semana extendemos ante la sociedad gallega.
En La Bitácora se habla de política, de economía, de temas sociales y como humani nihil a me alienum puto —nada de lo humano me es ajeno—, que decía Terencio, de todo cuanto pueda coadyuvar a un mejoramiento en el sentir y actuar humanos y a una mayor divulgación y conocimiento de nuestro ideario cristiano.
Y como la actualidad obliga, este viernes hicimos un monográfico sobre ETA y “el cese definitivo de la lucha armada”. En la mesa de trabajo, compuesta por el abogado Vicente Fernández y los citados Tarrío y Cancio, hubo un lugar, a mi derecha, para el guardia civil Antonio Suárez Bugía, jubilado tras quedar herido en un atentando de ETA cuando estaba destinado en Basauri. Llegó al plató apoyado en su bastón. Cuando nos contó su historia todos nos quedamos sobrecogidos porque ningún ser humano consigue acostumbrarse al horror. Su estreno cuando llegó al País Vasco fue velar a unos guardias civiles muertos por una bomba de ETA. No está resentido pero pide, como el resto de las víctimas, “memoria, dignidad y justicia para que nuestros muertos puedan descansar en paz”. Fabiola Pérez, delegada de AVT Galicia fue nuestra entrevistada. Tampoco concede credibilidad al comunicado y opina que la banda terrorista volverá a matar cuando vea que no consigue lo que quiere.
Ya de paso aprovecho para dar una pincelada sobre este “cese definitivo” de traca. Ya ven que de disolución, nada. Lo dijimos en nuestro primer artículo del jueves 20 cuando salimos al paso de la declaración alegre de algunos políticos “sin ninguna concesión política”, y ya insistimos en que había que leer el redactado completo, que implica la condición de sentarse a negociar. Tras la manifestación de la tropa “abertzalia”, la petición de acercamiento de presos e indultos, habló el santón Otegi pronunciando una frase magistral que resume todo: “Pedir la disolución de ETA es inmaduro”. Pues claro, sólo los ingenuos, los alegres en exceso y los buenistas pueden creer semejante patraña. Al fin, van cuadrando las cosas. Los Reyes Magos no existen.
El lunes volveremos a La Bitácora para analizar la actualidad y seguir luchando por ganar la gran batalla de las ideas.
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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora
Directora de Ourense siglo XXI
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
www.magdalenadelamo.com
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(29/10/2011)
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