MADRID, 12 (OTR/PRESS)
A pregunta del periodista para un espacio en la red, el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba afirmó que en la noche del 20N, él no se iba. La pregunta era pertinente en la medida que en los corrillos políticos y periodísticos se especula con la reacción que el candidato socialista podría tener en la noche del próximo domingo si, finalmente, las urnas confirman las encuestas.
Todos los que de una u otra manera hemos participado en estas conversaciones y elucubraciones hemos caído en un error de bulto. Alfredo Pérez Rubalcaba «solo» es candidato, con lo que su función, su papel acaba cuando se cierren las urnas. A partir de ese momento es vocal del comité federal y la autoridad máxima del Partido su secretario general Rodríguez Zapatero, a su vez Presidente del Gobierno.
¿De que puede dimitir Rubalcaba?. Pues de nada. Acabada la función -las elecciones- se acabó su papel y a partir de ahí la toma de decisiones en el seno del Partido. Rubalcaba ha dicho en público y en privado que su proyecto es para cuatro años, que va a «estar ahí», sin poner añadidos. Lo cierto es que el PSOE va a celebrar su Congreso en la primera quincena de Febrero y será ahí en donde se resuelvan los enigmas, se cobren deudas pendientes, las familias traten de congraciarse para, en el fondo ganarse unas a otras y conoceremos a los que desde ya mismo se están preparando para la carrera hacia la secretaría general.
En contra de lo que algunos puedan pensar, Rodríguez Zapatero, aseguran sus más próximos «no va a jugar a nada». A estas alturas y después del inmenso frío que está recibiendo de los suyos, sólo quiere hacer las maletas e irse. El miedo a que las primarias pudieran llevarse por delante al presidente del Gobierno fue el argumento principal, por no decir único, que llevó a Carmen Chacón a no confrontarse con Pérez Rubalcaba. El panorama será sustancialmente distinto y nada impedirá que el próximo secretario general sea el resultado de unas primarias. En esta situación, Andalucía, la federación más numerosa, será decisiva para el resultado final y, en principio, Griñán, todavía presidente de la Junta andaluza, tiene sus ojos puestos en Rubalcaba, pero Madrid que es la tercera federación en términos numéricos, ya ha advertido que solo será secretario general aquel que Madrid apoye.
Cada cual es consciente de su situación. Los socialistas asumen, de antemano, su derrota y por eso de lo que se habla es de cómo poner orden en una casa que va a quedar un tanto desvencijada. Por la misma razón, los populares ya piensan en quienes formarán el próximo Gobierno. Que el PSOE resuelva con acierto su situación es bueno para ellos y para la democracia que ahora más que nunca requiere de partidos fuertes y cohesionados. Que Mariano Rajoy, si se cumplen las encuestas, acierte con su primer Gobierno, una obligación ineludible.
