Carlos Carnicero – La cachaza de Merkel.


MADRID, 18 (OTR/PRESS)

Se rompe la frágil unidad franco-germana. Francia también está en peligro. Y Bélgica. Y Austria. No hay nadie completamente a salvo de los tiburones de los mercados. Hay una regla con los poderosos: se ensañan con los débiles. Ante un matón lo peor es apendejarse: eso activa los instintos sádicos. Y la Unión Europea está demostrando una debilidad que excita a los asesinos financieros. Cada mañana salen a por sus presas.

Pasar de los quinientos puntos básicos con el diferencial alemán es la antesala del no retorno. Y quien tiene la solución, Alemania, usa la retórica para organizar un futuro que está a punto de no existir. Claro que hace falta más homologación, ceder soberanía… pero sobre todo hace falta crecimiento económico, solidaridad y dejar de argüir que son los vagos del sur quienes están arruinando el Euro.

Los hechos son mucho más tozudos que la firmeza de la canciller alemana. El contagio está llegando a países que se pensaba que no iban a estar amenazados. Los ataques especulativos tienen forma de carrera de relevos. Mientras no se unifique la deuda europea no habrá solución. Lo dicen todos los expertos, pero sobre todo el sentido común y lo confirman los hechos de cada día.

Hay situaciones como la griega, la italiana y la española que amenazan con más de una década para la recuperación si sigue la política de más recortes y deuda más cara. No hay quien lo resista y la amenaza es una gran desestabilización ciudadana rebelándose contra la evidencia de que las instituciones están neutralizadas por los poderes económicos.

La situación en Grecia es límite. Imposibles más recortes sociales sin una revuelta popular. En España está ocurriendo un proceso electoral sin ninguna esperanza. Que nadie espere que el Partido Popular va a actuar como Moisés separando las aguas turbulentas el día 21. Y la sociedad con un 20 por ciento de tasa de desempleo no ha explotado pero nadie puede asegurar que no lo haga.

La señora Merkel ya no tiene casi quien la defienda fuera de sus fronteras. Pero además un par de empujones más de los mercados y la Unión Europea crujirá por todas sus cuadernas. No quedan semanas, hay que reaccionar en días o esto será irreversible.

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