Carlos Carnicero – Españoles, ¡a las urnas!.


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Hay circunstancias excepcionales en la historia de todos los pueblos que reclaman una especial dedicación de sus ciudadanos, en forma de solidaridad por los intereses colectivos.

Mi generación no ha conocido una guerra, lo cual es excepcional en la historia de la humanidad. Nacimos con la sedimentación de la posguerra y si es verdad que padecimos el final de la dictadura, nos compensó el haber protagonizado la transición a un sistema democrático y a un periodo de paz de los más largos de la historia de España, que sirvió, además, para construir un estado moderno basado en el bienestar de los españoles.

Ahora el mundo que hemos construido está en peligro por la avaricia desbordada de los más poderosos. Nos quieren hacer sentir la culpa de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que ellos nunca han contemplado: desbordan su riqueza ante la gente común a la que quieren empobrecer y condenar a la precariedad como una condición de sus privilegios.

Hay que votar para cambiar la democracia. Ese es mi punto de vista; tal y como está concebida la sociedad en libertad carece de instrumentos eficaces para gobernar la economía. Pero la transformación necesaria e imprescindible de nuestro sistema de representación e intermediación requiere la acción electoral, la acción política directa y la organización de la rebeldía. Y las urnas son un instrumento imprescindible de esa transformación. No los únicos, pero si muy importantes.

Es difícil, a la vista de lo que está ocurriendo, creer que el nuevo gobierno tendrá capacidad para ejercer sus responsabilidades frente a la amenaza de los mercados y las imposiciones ajenas a nuestra soberanía.

Hace falta un parlamento poderoso, con representación de la izquierda, en su sentido más amplio, para controlar y exigir al gobierno que no ceda ante lo que no se puede consentir de las imposiciones de los poderes económicos. Y para eso hay que votar en libertad. Y hay que hacerlo desde la responsabilidad de cada voto para que represente lo que a uno le satisface sin caer en la trampa de los votos útiles para formar mayorías

El voto útil de cada ciudadano es el que refleja sus ideas, sus aspiraciones y sus sueños. No importa la resultante final sino ser fiel a lo que uno cree.

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