Antonio Casado – La caja negra del 20N.


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Tres coordenadas fijas en la caja negra del recuento electoral: Una, la barrida del PP con licencia para el ejercicio del rodillo parlamentario; dos, el hundimiento del PSOE con un claro mandato de refundación, y tres, alumbramiento de un mapa político más versátil como efecto de la dispersión del voto socialista que acudió a votar el domingo pasado.

El contexto político venía marcado por la decepción con la clase política en general y por los votantes socialistas en particular. Eran lugares comunes en los análisis previos al 20-N. A partir de ese prejuicio las cifras de participación resultan inesperadamente altas. En cuatro elecciones generales anteriores (1979, 1986, 1989 y 2000) la participación estuvo por debajo del 71,6 % alcanzado este domingo. A pesar de los indignados del 15-M y a pesar del desistimiento de una buena parte de los ex votantes socialistas. No es mala noticia porque participación siempre significa movilización y fe en el sistema democrático, de modo que convendría revisar esos prejuicios que apuntan al desencanto con la democracia y la clase política.

Convendría también reabrir el debate sobre nuestra injusta ley electoral, que otorga un peso político desproporcionado a partidos nacionalistas CiU, PNV, Amaiur) en detrimento de partidos nacionales (IU y UPyD). Algo que en todo caso se entendería en el Senado, pensado en la Constitución como Cámara territorial, pero no en el Congreso, que es la representación genuina de la soberanía nacional por excelencia. Dicho sea ante la anomalía democrática que supone otorgar, por ejemplo, 16 escaños a Ciu y sólo 5 a UPyD cuando el partido de Rosa Díez ha obtenido 100.000 votos más a escala nacional.

Para el futuro inmediato, dos incógnitas. Una, cómo afectará al PSOE este desplome en su facturación electoral. Y dos, cómo afectará al Gobierno del PP la crisis económica. En cuanto a lo primero, la palabra es reinvención. O, como dice Tomás Gómez, nada de coma sino punto y aparte a contar desde un congreso federal de inminente convocatoria. Eso importa al sistema, para que no decaiga el contrapeso al poder, pero importa sobre todo a la gran familia de militantes y votantes de PSOE. Más delicada es la segunda de las interrogantes, que nos afecta a todos.

Superar la crisis económica, invertir la tendencia en materia de crecimiento, empleo y déficit público, es el mandato de las urnas al futuro Gobierno del PP. Ese toro sigue en el ruedo y embiste sin distinguir colores políticos, como muy bien sabe Zapatero por la izquierda y Sarkozy por la derecha ¿Será capaz de torearlo Mariano Rajoy?

Por apoyo de los ciudadanos expresado en las urnas no va a quedar. Y por capacidad de maniobra para tomar decisiones, tampoco. Ojalá que acierte a encontrar el camino para superar la crisis que nos atenaza.

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