Fernando Jáuregui – El Gobierno mete la directa.


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Efectivamente, son muchas las cosas que hay que reformar para que España sea el país moderno y plenamente democrático que queremos. Y, como no podía ser de otro modo, el Gobierno Rajoy ha llegado con ganas de hacer cosas, con ideas -algunas no del todo plasmadas en el programa con el que ganó las elecciones_ y con propuestas. La de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que quisiera desvincular del Parlamento el nombramiento de los miembros del Consejo del Poder Judicial, ha alcanzado el estrellato. Y la polémica, claro. Lo mismo que el «copago» para la Justicia propuesto este miércoles por Ruiz-Gallardón, que además propuso, en su primera comparecencia parlamentaria, modificaciones importantes en las leyes del aborto y del menor, reformas estas dos últimas que sí estaban previstas.

El Ejecutivo que encabeza Mariano Rajoy está siendo de todo menos previsible, que es lo que el hoy presidente dijo que sería. Cierto es que podemos admitir que se han encontrado algunas sorpresas no previstas en los cajones, y que eso justificaría una subida (temporal) de impuestos que dos semanas antes se negaba. No menos cierto es que una cosa es estar en la oposición y otra muy diferente ocupar el Gobierno: desde la oposición se hacen mejor, más osadas, las reformas… entre otras cosas porque no se van a ver plasmadas en el «Boletín Oficial del Estado». Y, claro, una vez que se llega al poder se comprenden algunas de las cosas que hacían los gobernantes salientes. E incluso algunas de esas cosas se copian. Así es el juego de la política.

En general, celebro tener un Gobierno que meta la directa y acelere en las reformas; las puestas en marcha son apenas tímidos cambios en comparación con lo que tiene que venir. No se entra en una nueva era con parches, y ahí están varias importantes reformas constitucionales y legales aguardando a que la etapa de consenso entre «populares» y socialistas se haga realidad. Que se hará en cuanto el PSOE tenga un líder, ya lo verán.

Lo que no celebro tanto es la imprevisibilidad. Los socialistas perdieron estrepitosamente las elecciones porque sembraron la inseguridad jurídica y la desconfianza entre los ciudadanos. Rajoy llegó prometiendo exactamente lo contrario. Pero lo cierto es que las primeras cinco semanas de ejercicio del poder han sembrado una cierta confusión, tanto sobre el calendario reformista -que ahora se acelera_ como acerca del alcance de las medidas a adoptar. ¿Alguien sabe, por ejemplo, en qué parará finalmente la reforma laboral, alguien intuye por dónde discurrirá la nueva reforma financiera? ¿Pondría usted la mano en el fuego por que no habrá una subida del IVA? ¿Juraría usted que no habrá recortes en los aspectos clásicos del Estado de bienestar? Me resulta difícil responder categóricamente a estas y otras muchas preguntas que se me han ido generando en estos días. Ya digo: no me parece mal que Rajoy y sus copilotos aceleren. Pero que, por favor, se atengan al trazado del circuito.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído