Charo Zarzalejos – Camps, inocente ¿y resucitado?


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

La Justicia ha hablado y ha dictado sentencia. Camps es inocente del delito que se le imputaba. A efectos penales y aunque la sentencia es recurrible, el expresidente de la Generalitat valenciana está limpio de polvo y paja. En este larguísimo y carísimo juicio no se sometía a veredicto las conversaciones escuchadas, ni sus amistades, ni su trayectoria política y si unos hechos puntuales que el jurado -institución incrustada en nuestro sistema jurídico sin tradición alguna- no ha considerado probados.

Hay una famosa frase según la cual «solo en la guerra se muere una vez». En política es otro cantar y ahora de lo que se habla es de política porque política es la interrogante surgida. ¿Y ahora, que? Con toda razón María Dolores de Cospedal se ha preguntado quién le restituye la fama y el honor que se ha tratado de destrozar. La pregunta no es una memez. Camps -también algunos otros- ha sido juzgado antes de que el jurado se pronunciara y este es un punto para la reflexión y aplicable a todos y cada uno de los políticos que están o puedan estar imputados. Vale para Camps y vale, desde luego, para José Blanco que ayer de manera voluntaria declaró ante el Tribunal Supremo.

¿Y ahora qué? Juan Cotino, amigo de Camps, le ha recomendado que descanse, otros sugieren «una salida no en Valencia» y hay quien se teme que «le calienten la cabeza y pretenda volver a donde estaba». De momento Camps no se ha pronunciado pero ya ha comenzado a recordar que él ganó por tercera vez y por mayoría absoluta, lo cual es rigurosamente cierto pero lo que no es seguro es que con ese recordatorio no esté enviando un mensaje a quien quiera oírlo.

Fabra, su sucesor en la Generalitat, se apresuró a llamarle. La conversación fue en términos estrictamente personales, pero que nadie se llame a engaño porque ayer ya en Valencia se respiraba otro ambiente y nadie, absolutamente nadie salvo el propio Camps, está en condiciones de aventurar cual será la posición final del expresidente valenciano y, sobre todo, de los «campistas» que a no tardar es más que probable que reivindiquen su «resurrección». La incógnita no se ha despejado. Lo que sí está claro y seguro es que si hay alguien que intenta que Camps vuelva a donde estaba se las tendrá que ver con María Dolores de Cospedal. Fabra, sucesor de Camps, siempre fue su candidato. Al llegar se rodeó de gente de su confianza y los «campistas» desaparecieron y todos ellos están unidos por el sentimiento de haber sido tratados por propios y ajenos con injusticia flagrante.

Si es verdad que «solo en la guerra se muere una vez», no es menos cierto que el pasado nunca vuelve. En el caso que nos ocupa, mejor que ni lo intenten.

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