Charo Zarzalejos – ¿Del Gobierno a la pancarta?


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Solo hace dos meses que el Gobierno ha tomado posesión. Su actividad ha sido realmente vertiginosa y ha tocado lo que podríamos llamar «puntos sensibles» de los que la reforma laboral ha sido y es la estrella. Los anuncios realizados el miércoles por el ministro De Guindos y que se irán concretando en los Consejos de Ministros son de profundo calado. La línea de financiación para ayuntamientos y autonomías y salden sus deudas con empresas y proveedores va a suponer una importante inyección económica que puede salvar del desastre a muchas pequeñas y mediadas empresas. La dación en pago no es cuestión menor. Es, realmente, algo muy complejo pero hay que pensar que cuando el ministro lo ha anunciado en sede parlamentaria es que ya tiene los suficientes elementos como para saber que es factible. No tendría perdón que lo hubiera lanzado sin red en sus pies.

Todas las medidas son discutibles y en la oposición está el papel de criticarlas, intentar modificarlas en lo que consideren oportuno y, desde luego, de oponerse frontalmente. Sin embargo y hasta el momento, las imágenes más llamativas han sido las referidas a los socialistas valencianos al frente de una manifestación y el silencio de casi todos ante los ataques de algunas sedes del PP. Auguran muchos que las calles se van a llenar de protestas y reivindicaciones, que se van a producir algaradas y que, por tanto, la Policía debe ser prudente.

La Policía, además de prudente, debe actuar con proporción, adelantándose a los acontecimientos y todo ello sin cometer errores que se magnifican y se estiran hasta lo imposible por no decir hasta lo ridículo.

Llama la atención que tras los incidentes de Valencia el foco, el exclusivo foco, se haya puesto en los abusos policiales, ahora sometidos a examen. Y llama la atención porque para tener una fotografía cierta de los hechos, para saber en dónde nos movemos, no se puede pasar por alto el hecho de que todos, menos uno o dos, de los detenidos ya puestos en libertad no eran estudiantes y no hay que olvidar que de entre los heridos _todos ellos leves_ más de diez son policías. Esta reflexión no significa exculpar bajo ningún concepto los excesos de la Policía. Si se han producido deben ser denunciados y actuar en consecuencia. Significa poner las cosas en su sitio y dar a los acontecimientos el alcance debido.

Es en este contexto en el que el PSOE debe afinar su posición. No es razonable y siquiera beneficioso para ellos pasar del Gobierno a la pancarta, como si nada tuvieran que ver con la situación actual. Nunca creí que Zapatero fuera el responsable, el único responsable de nuestros males y por ello la paz social me ha parecido siempre un bien en si mismo. Ahora esa paz social parece estar en peligro y la paz social no se ve amenazada porque haya manifestaciones pacificas, se ve amenazada cuando algunos aprovechan el ejercicio de ese derecho para ir más allá y nadie dice nada.

El PSOE ha dicho que quiere hacer oposición «útil» y el primer gran servicio que puede hacer como partido de Gobierno que es, como partido democrático que lo es y como gran partido que lo es aunque esté pasando por malos momentos es tener el discurso preciso y justo de deslegitimación rotunda de quienes aprovechando el ejercicio de un derecho legitimo, utilizan sus técnicas y tácticas con el único objetivo de que España sea Grecia. De ninguna de las maneras el PSOE puede equivocarse con la izquierda inútil y ante la que parece avecinarse cuanto antes marquen sus límites, mejor para todos y también mejor para ellos.

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