Antonio Casado – El PSOE, en la calle.


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

Dicen en el PSOE que la oposición «responsable» anunciada por su secretario general, Rubalcaba, es compatible con la participación de sus dirigentes en marchas callejeras, tal y como ya ha ocurrido por cuenta de las movilizaciones del pasado día 19 contra la reforma laboral del Gobierno y las manifestaciones de repulsa a las cargas policiales de principios de semana en Valencia. Bien lo expresa el exministro de Trabajo, Valeriano Gómez, al recordar que el derecho a manifestarse en la calle de una forma libre, pacífica, legítima, como corresponde a un sistema democrático, está expresamente reconocido en la Constitución.

Los socialistas se vienen reafirmando en la compatibilidad entre la acción política en el Parlamento (democracia representativa) y la acción política en la calle (democracia participativa regulada en los derechos de manifestación, reunión y asociación), desde que el Gobierno, el PP y sus terminales mediáticas hicieron circular la especie de que, una vez más, la izquierda promueve la agitación en la calle porque las urnas le dan la espalda.

Semejante acusación supone, entre otras cosas, una ignorancia dolosa de lo ocurrido durante los últimos siete años. Con los papeles cambiados, el partido que hoy está en el poder también se echó a la calle en no pocas ocasiones. Por supuesto que, al convocar o participar en manifestaciones contra el aborto, a favor de la familia, contra la política antiterrorista de Zapatero, contra el paro, contra el estatuto de autonomía de Cataluña, etc., estaba ejerciendo un derecho pero, además, estaba tratando de desgastar políticamente al Gobierno socialista de entonces.

Exactamente igual que ahora hacen los socialistas: intentar el desgaste de su adversario, que ya está en el Gobierno. Cambian los respectivos papeles pero no la dinámica de lucha por el poder. Es la esencia de la política: conquistarlo y, una vez conquistado, tratar de conservarlo. En eso son iguales el PSOE y el PP. En las actuales circunstancias es evidente que los socialistas tratan de capitalizarse políticamente en la calle como estrategia de desgaste contra el Gobierno de Rajoy. No solo. También como una forma de buscarse a sí mismos después de una bancarrota electoral.

Desgaste del Gobierno y búsqueda de sí mismos. Eso es lo que pretenden los socialistas. En la calle, naturalmente, y también en el Parlamento. Dos esferas de actuación legal no reñidas entre sí. Que la oposición esté a la ofensiva y trate de hacerle la vida imposible al Gobierno va de suyo. De momento, por cuenta de dos asuntos puntuales: reforma laboral y cargas policiales en Valencia. Pero no es verdad que el PSOE haya desencadenado una ofensiva permanente. Le avala su compromiso de apoyo a las políticas de Estado: Defensa, Asuntos Exteriores, Política Antiterrorista y normal funcionamiento de las instituciones. Eso es oposición «responsable».

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