Carmen Tomás – Desde el parqué – Tres semanas a la baja.


MADRID, 25 (OTR/PRESS) El selectivo español se ha quedado rezagado y ha enlazado su tercera semana con cierre a la baja. De hecho, en quince sesiones ha perdido casi un 4 por ciento. Ha habido muchas claves, pero quizás la más importante haya sido los malos resultados de las empresas. No se nos puede pasar por alto tampoco que España va a estar cuatro trimestres en recesión y que en el mejor de los casos como ha señalado la UE, el PIB caerá a finales de este año un 1 por ciento. El presidente del gobierno ha anunciado presupuestos para el 30 de marzo y ahí veremos cuál es la previsión de crecimiento, de paro y de déficit que Rajoy llevará al Parlamento español y a las autoridades europeas.

Esta semana, la polémica en España ha estado centrada en la letra pequeña de la reforma laboral, muy alabada por nuestros socios y por Estados Unidos, pero a ésta se ha unido la de si nos conviene o no pedir o que nos den otra previsión de déficit más terrenal que la comprometida del 4,4 por ciento. La mayoría de los analistas y expertos creen que a España no le conviene tirar por tierra la confianza y el prestigio alcanzado en estos dos últimos meses. Es una muy buena baza de financiación y pudiera ser que una relajación de la exigencia de austeridad hiciera que los mercados desconfiaran y nuestra prima de riesgo volviera a subir, ahora que está en niveles de 300. Un gran éxito de las emisiones de deuda pública celebradas hasta ahora, sobre todo las últimas Puede ser, dicen algunos, que lo que consigamos por un lado se nos puede ir por otro.

En todo caso, el Gobierno está reformista y también esta semana ha aprobado el pago a proveedores. Eso sí hemos pasado de que éstos dejaran de cobrar los intereses de demora a exigirles una quita en la deuda si quieren cobrar antes. La cosa tiene más sombras ahora, pero en todo caso, serán más de 30.000 millones de euros que vendrán a la economía como agua de mayo. Una buena idea que dará cierta marchita a la replegada actividad. Vamos a ver si se disipan las dudas que se está creando sobre la segunda ventanilla de liquidez del BCE, de donde probablemente vendrá el dinero adelantado para esos pagos por los bancos, y las materias primas aflojan un poco. Los mercados no están para alegrías, aunque ya saben que el año tiene para muchos analistas buena pinta.

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