MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Hay visiones contradictorias sobre lo que le ocurrió a Benito cuando le aplicaron una purga como remedio. La más plausible es que de sobredosis se fue en exceso y se murió. Porque una purga excesiva es un pozo sin fondo.
Los presupuestos son como la purga de Benito. Estaba enferma la economía y de una sobredosis de purga se va a morir.
No hay una sola partida que motive el crecimiento económico. Incluso la purga aplicada a las políticas activas de empleo determinan la muerte del paciente.
Vino un comisario político del partido hermano del PP en Alemania y mostró su satisfacción por la forma en que ejecuta las medidas de ajuste Rajoy. En Grecia ya tienen una recesión del cinco por ciento y van camino de marcar sus retos históricos de desempleo. El sur de Europa se empobrece para que el norte esté tranquilo. Una Europa de dos velocidades. La del sur, parada por muchos años. La homologación con la que soñaron y activaron los padres de la UE se ha terminado.
Se nos invita a la sumisión porque dicen que no hay alternativa. Y es falso. No hay alternativa con las prioridades políticas, electorales y económicas de la señora Merkel. Hay alternativa con dosis adecuadas de purga y alimentación. Para que el enfermo no se deshidrate y pueda renacer. Pero las políticas actuales volverán a recapitalizar la banca y a empobrecer a los ciudadanos en espera de otro ciclo en que la ciudadanía se pueda hipotecar para que los bancos sigan ganando en ciclo expansivo.
Falta rematar la reforma financiera. Seguro que se seguirán inyectando fondos públicos para sanear bancos. La Amnistía fiscal permitirá blanquear veinticinco mil millones de euros. Mientras, los recortes encaminados a pagar la deuda y a impedir inversiones crearan inmensas bolsas de pobreza. El registrador de la propiedad se ha metido a boticario. Nos ha aplicado una purga como la de Benito. Una sobredosis que va a matar a la economía española que sigue sumando desempleados que ahora resultan más baratos de crear gracias a la reforma laboral. El paciente agonizará y la señora Merkel estará orgullosa de la forma en que Rajoy hace los deberes.
