MADRID, 07 (OTR/PRESS)
El ministro de Economía ha declarado que a su juicio la desconfianza que ha regresado a los mercados de deuda y a la bolsa hay que buscarla en Europa. Y no le falta razón. Es verdad que el IBEX ha vivido la peor semana del año, que la prima de riesgo española ha superado los 400 puntos y que costó más colocar la última emisión de deuda pública. Pero, también es cierto que Francia ha pagado más por los 8.400 millones de euros colocados. Europa se para y lógicamente el esfuerzo que España va a hacer frenará el crecimiento económico agravado por ese frenazo europeo. Las dudas sobre las posibilidades de España de generar ingresos para devolver los miles de millones que vencerán este año han aumentado. Sin embargo, muchos confían en que haremos ese duro trabajo. Lo han dicho voces autorizadas de la Unión Europea y del FMI.
En todo caso, el Gobierno tiene por delante una dura tarea de comunicación que genere confianza dentro y fuera de España. Y, por supuesto, lo más importante, no bajar la guardia ni un milímetro. Faltan reformas fundamentales, hasta doce ha anunciado Rajoy. Pues, hay que ir a por ellas «caiga quien caiga». Europa nos lo exige, pero también la mayoría de los españoles que confiaron en Rajoy y le dieron su voto para que hiciera lo que hubiera que hacer para sacar a España del absoluto hoyo en que la metieron los socialistas.
Ahora se habla de colaboración. Dicen los socialistas que si Rajoy llama estarán ahí. No me lo creo demasiado. El comportamiento en estos 100 días no ha sido precisamente de apoyo. Más bien al contrario, el PSOE se ha dedicado a la pancarta y a la agitación. Veremos lo que ocurre en los próximos días si la situación sigue agravándose. Ojalá pudieran hablar todos con todos y sacarnos de la crisis que es lo que los españoles, ahora sí sin distinciones, están pidiendo a gritos.
