Francisco Muro de Iscar – ¿Semana de Pascua?.


MADRID, 08 (OTR/PRESS)

Empieza la Semana de Pascua, razón de alegría para los cristianos, fundamento de nuestra fe, motivo para seguir trabajando solidariamente por los desheredados, por los desfavorecidos, por los que más padecen la crisis. Hay que hacer que las obras les dejen el mensaje de que hay esperanza. Atrás queda la masiva asistencia a las procesiones y a los oficios en toda España. El sentimiento religioso sigue presente en la calle. ¿Mitad fervor, mitad jolgorio? Ahí esta la realidad para los que quieren verla.

¿Y en política? En política nos quedan muchas semanas de pasión y la pascua parece lejos. El PP sigue empeñado en hacer las reformas necesarias para cambiar el mal rumbo de este país, para acabar con la pésima herencia recibida, pero ni todas las reformas parecen imprescindibles, ni están siendo bien explicadas. Lo están siendo poco y mal. Lo peor, en mi opinión, es que no hay ni el más mínimo intento por parte del Gobierno de Rajoy de pactar ninguna de esas reformas con nadie. Desde luego con el PSOE, con quien debería hablar, al menos, de los cambios en la justicia, en la educación y en la sanidad, pero también con los demás partidos. De eso y de la lucha contra el fraude que es tarea de todos. De otra forma, volveremos a estar abocados a que cuando cambie de signo el poder, se cambien otra vez todas las leyes que son la esencia vertebral del Estado de Bienestar y, si me apuran, del Estado de Derecho.

Pero si el PP no tiene la mínima voluntad de hablar de cambios con nadie, el PSOE menciona el diálogo con la boca pequeña porque muchos de esos cambios los debió hacer cuando gobernaba y no quiso, y porque eso le da munición para «ser oposición». Lejos del fundamentalismo «cayolarista» que ya veremos dónde lleva a Andalucía, cuando se habla de educación y sanidad habría que desterrar la demagogia.

Tenemos un excelente sistema sanitario público pero hay claras diferencias entre lo que los ciudadanos españoles reciben en función de en qué comunidad autónoma viven. Hay quirófanos infrautilizados, un despilfarro incontrolado de recetas y subvencionamos las medicinas a quien puede pagarlas. ¿Nos lo podemos permitir sin que quiebre todo el sistema? En educación el problema es más grave porque es el modelo educativo lo que ha fracasado y no se arregla con parches o con recortes. Pero se pueden hacer cosas con consenso hasta que podamos aprobar un nuevo modelo educativo.

¿Cuál es el problema? Que para cambiar de verdad la justicia, la educación o la sanidad de este país hay que hacer un Pacto de Estado no sólo con los principales partidos de la oposición sino, sobre todo, con los operadores jurídicos, con los agentes educativos, con los colectivos sanitarios, que son los que saben lo que no funciona y cómo hacerlo mejor. Sin intereses políticos. Pero ni el PSOE contó con ellos ni el PP piensa hacerlo. Sin ese consenso, fracasarán todas las reformas.

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