MADRID, 17 (OTR/PRESS)
Creo que no han seguido ustedes mis consejos de hace unos días de rezar por este país y por todos nosotros. En caso contrario, no nos sucedería todo lo que nos está sucediendo. Lo primero es que nos hemos quedado sin la protección del Rey Juan Carlos, que ya prepara su abdicación como mal menor y como alternativa a una revuelta popular para cambiar la forma de Estado en España. Con gran dolor constato que no es merecedor de seguir al frente de la Jefatura del Estado, como atestigua todo el clamor político, mediático y popular, a pesar de sus señalados servicios al país en otros tiempos. Como ha apuntado, con enorme claridad, el secretario socialista madrileño, Tomás Gómez, quien de alguna manera ha compensado la inmensa flojera de su partido nacional en este asunto. Si ustedes hablan con la gente en la calle, se habrán percatado, como yo, del supremo grado de indignación de los españoles. Además, y es el lado positivo, nunca se dio ocasión tan portentosa al ingenio de los humoristas, como en el caso de Andreu Buenafuente y del Gran Wyoming en Antena-3 y La Sexta.
Pero el cero no debe ser solo para la encarnación de la Monarquía, sino también para el presidente del Gobierno, por haber permanecido impasible ante lo sucedido con el monarca en Botsuana, al margen del grado de veracidad sobre las diversas versiones en torno a si lo sabía, si lo autorizó o si le negó el permiso pero el Monarca se lo saltó. Tal y como están las cosas, todo esto exige unas explicaciones claras y exhaustivas desde todos los ángulos, aunque solo fuese por respeto a los millones de damnificados por la crisis y a los más de cinco millones de parados. Quizá el presidente esté hundido por su hundimiento en las encuestas, pero los españoles no le votaron para que hiciera lo que está haciendo. Ya puede aplicarse en el gran problema de la expropiación de la YPF de Repsol porque por ahí se le puede escapar otro chorro inmenso de credibilidad y de popularidad, que no creo que sea lo que los españoles necesitan más en estos momentos. Así que mucho ánimo y a trabajar. Díganme cómo puedo ayudarles.
