Carlos Carnicero – Nuestra suerte depende de Francia.


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Es imposible desconocer un consenso creciente sobre que las políticas calvinistas impuestas por la señora Merkel van a poner en peligro la continuidad de la Unión Europea. La recesión es una amenaza que no acecha solo al sur de Europa.

La intervención de España sería de tal calibre que arrastraría inevitablemente a Italia. El Euro no podría resistir esa debacle.

Francia, cuyo presidente en funciones, Nicolas Sarkozy, ha actuado de edecán del imperio alemán, elige un nuevo presidente en unas elecciones cuya primera vuelta se celebró ayer. Veredicto, definitivo, el seis de mayo. Si los resultados de ayer y los sondeos confirman que el ganador será François Hollande, todo comenzará a ser distinto a poco que cumpla sus promesas electorales. El futuro presidente se ha comprometido a revisar los acuerdos de la UE. Ha tejido una alianza con el poderoso SPD alemán y con sus colegas italianos y belgas. La socialdemocracia europea podría comenzar a despertar de su largo letargo exigiendo políticas que frenen el desmantelamiento del estado del bienestar y lancen a la UE por la vía de la expansión económica. Si esto es así, se producirá un cambio en las tesis que sólo defienden los neoliberales: ajustar impidiendo el crecimiento.

Ya ni el FMI, ni el presidente Obama ni un grupo de destacados economistas defienden que los recortes que impiden el crecimiento económico es la solución.

En el horizonte también están las elecciones generales en Alemania el próximo año. Los sondeos no vaticinan muchas facilidades para que Angela Merkel continúe gobernando su país. Esa conjunción astral de la política, en la que los españoles no tenemos capacidad de influencia, es determinante para nuestro futuro. Ninguno de los esfuerzos sobre humanos a los que Merkel, vía Mariano Rajoy, está imponiendo a los españoles es suficiente. Los mercados son insensibles a la tragedia de los españoles y solo señalan el camino del empobrecimiento de la sociedad española que además no solo no es la solución sino que promete varias generaciones de sacrificados.

La vista de los españoles está puesta en Francia. Como en muchas más ocasiones de la historia, el país vecino señala el camino de cambios para salvar la progresión de avances de la humanidad.

Si Hollande vence, hay esperanza. Ojalá pudiéramos votar por él; en España sacaría mayoría absoluta.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído