Esther Esteban – Más que palabras – Vídeos y mentiras.


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

En los últimos días socialistas y populares se han enzarzado en una nueva guerra de videos, a cuenta de los recortes del Gobierno en Sanidad y Educación. Empezaron los socialistas que un video titulado «Donde dije digo digo recortes», para ser difundida entre sus federaciones y a través de las redes sociales con un contundente hashtag de cuatro palabras dirigidas a sus adversarios «van a por todo». La réplica de los populares llegó inmediatamente con otro video y otro hashtag bien distinto «no han dejado nada», en la que se recuerda que el Gobierno no está tomando estas medidas por capricho, sino porque los socialistas han dejado España echa un erial. La contrarréplica del PSOE consistió en colgar en su web los dos videos juntos «para que el público vea y compare».

Si uno ve los videos, la verdad es que los dos tienen razón. El PP no ha cumplido sus promesas electorales y no lo ha hecho porque el PSOE no ha dejado nada en su sitio. Así que si unes las dos frases se construye una gran verdad que «Van a por todo, porque no han dejado nada». Resulta que la polémica ha surgido coincidiendo en el tiempo con el reconocimiento de Bruselas de que el Gobierno de Zapatero mintió, descaradamente, a la hora de presentar las cifras del déficits, haciendo creer a la opinión pública que había cumplido con el 6 por ciento comprometido con Europa, cuando en realidad había sido del 8,5 por ciento dos puntos y medio por encima de lo previsto. ¿La consecuencia? pues tan dramática como que el PP ha tenido que efectuar un recorte adicional de 25.000 millones de euros y así nos va.

Claro que, tal vez pensando que la mejor defensa es un buen ataque, el mismo día que se hizo oficial la mentira, Elena Valenciano llamo a las familias a salir a la calle para «defenderse de los recortes del Gobierno». La dirigente socialista lejos de hacer un análisis autocrítico, de entonar un «mea culpa» por los errores cometidos -que fueron muchos- tiró por la calle del medio como si ellos no tuvieran nada que ver con las penalidades que estamos pasando, como si los ciudadanos sufriéramos un ataque de amnesia colectiva y hayamos borrado ¡de un plumazo! lo que han sido sus ochos años de gestión.

El problema de los partidos políticos y especialmente de los dos grandes es que mientras el país se desmorona, ellos se entretienen en tirarse los trastos a la cabeza y obsesionados como están por el «y tú más» olvidan que su prioridad debe estar en servir a los ciudadanos, muy por encima de las pequeñas miserias partidistas. Solo hay que echar un vistazo a las últimas encuestas para ver que si el Gobierno de Rajoy se está desgastando prematuramente por la dureza de las medidas, el PSOE, lejos de beneficiarse de tal desgaste, también lo sufre y no levanta el vuelo manteniéndose en su peor marca electoral de toda la democracia. No hay más ciego que quien no quiere ver y desde luego estamos en un país de ciegos donde ni siquiera hay un tuerto que se crea el rey.

He dicho muchas veces, desde aquel fatídico mes de mayo del 2010 donde el cielo se nos vino abajo, que la única salida política posible sería que se hicieran unos grandes pactos, similares a los de la Moncloa, para poder superar esta difícil situación. Ya sé, ya sé, que eso es pedir peras al olmo, que es como predicar en el desierto y que nuestra clase política prefiere quemarse a lo bonzo antes que reconocer algún merito, por pequeño que sea, al adversario, y remar juntos en una misma dirección. Así nos va y peor que nos va a ir…

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