Mabel Redondo – Entre Bambalinas – El susto del Rey y los «aires» de Telma Ortiz


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Un mal movimiento al levantarse o sentarse, una mala postura, un intento de cruce de piernas o simplemente un mal paso es lo que le llevó al Rey a sufrir una luxación de la cadera derecha en la que días antes le habían implantado una prótesis.

El Monarca, que este mismo jueves había retomado su agenda pública, se resintió tras finalizar la audiencia con el ministro de Asuntos Exteriores, el jeque Abdullah bin Zayed al Nahyan.

Su ingreso en la clínica USP San José no se hizo esperar y a las diez de la noche ya estaba en quirófano para someterse a esa segunda operación de cadera. La intervención fue corta, apenas duró una hora, la anestesia fue epidural y la recuperación apoteósica, porque tan sólo doce horas después de la intervención el Rey abandonaba la clínica por la puerta trasera del centro hospitalario. Lo hacía a las once de la mañana, sin silla de ruedas, pero sirviéndose de sus muletas hasta que se introdujo en el vehículo que tomaría rumbo al Palacio de la Zarzuela. Una vez más el Rey consiguió esquivar a la prensa al salir por el parking de la parte trasera del centro.

A lo largo de la mañana del jueves el goteo de periodistas fue constante, y llegamos a ser más de cincuenta ya a última hora de la mañana. La disolución de la prensa en las puertas del centro llegó cuando Javier Ayuso, portavoz de prensa de Casa Real nos hacía entrega del parte médico en el que se explicaba el estado y la evolución del Rey: «El paciente ha pasado la noche en observación y ha tenido una evolución muy satisfactoria. En las próximas semanas Su Majestad continuará con las revisiones postoperatorias y el protocolo de recuperación intensiva previsto, en régimen ambulatorio». Un parte médico que se nos entregó minutos después de que el Rey abandonase la clínica.

La salida fue un «visto y no visto», o mejor dicho «no visto», porque nadie esperaba que saliese tan pronto, tan sólo doce horas después de la operación el doctor Angel Villamor le daba el alta, ni siquiera pasó a planta, no fue necesario. La intervención no revestía complicación, sin embargo será mucho más dura la rehabilitación y el reposo que durante un tiempo tendrá que guardar Don Juan Carlos.

Es posible que esta vez no corra tanto para retomar su agenda. En dos años se ha sometido a cinco intervenciones, su recuperación generalmente ha sido rápida pero no olvidemos que con 74 años los «achaques» pasan factura y la vida se toma con más calma.

Me cuentan que un «avispado» compañero, fotógrafo de un semanario, podría haber captado la imagen de la salida, pero para verlo tendremos que esperar al próximo miércoles.

Telma Ortiz no se da por vencida en su «cruzada» contra la prensa. No tiene por qué empatizar con los reporteros que últimamente siguen sus pasos, pero sí se le puede pedir, precisamente por se hermana de quien es, que comprenda el interés que puede suscitar cuando es noticia.

Según publica Rosa Villacastín en la revista «Diez Minutos», Telma Ortiz se casará en Navarra el próximo siete de julio con Jaime del Burgo, un empresario y abogado navarro hijo del expresidente de la Diputación de Navarra, Jaime Ignacio del Burgo. «Hola» publicó la semana pasada las primeras fotos de la pareja mientras disfrutaban de unos días esquiando en Aspen, Colorado. Estas instantáneas sorprendieron porque hasta ese momento se la había relacionado con Marc Gené, el piloto con quien se la había visto en los últimos meses.

Hace unas semanas relatábamos en esta misma columna el duro enfrentamiento que tuvo con un paparazzi al que le mandó a «fregar váteres» para que la dejara en paz. En esa ocasión no pudimos escuchar de viva voz sus palabras, y tampoco existen fotos del momento puesto que el fotógrafo no tuvo tiempo ni de sacar la cámara antes de ser increpado por la hermana de la Princesa Letizia.

Pero esta vez, sí hemos podido ver y escuchar como Telma Ortiz llama la atención de la guardia urbana para evitar ser grabada por las cámaras a la salida del colegio de su hija. La policía la atendió pero «poco o nada» pudo hacer ya que se trata de una vía pública, el agente tan sólo se limitó a decir: «Le abriré paso», pero ¿»paso»?, ¿por qué? y ¿a dónde?. Telma Ortiz no debería entretener a la policía que bastante tiene con atender y ayudar a la ciudadanía urbana. Por Dios, Telma, córtate un poco.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído