Charo Zarzalejos – Hoy, viernes.


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

En las últimas semanas, la comparecencia de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros lleva camino de convertirse en récord de audiencia. No ha habido una sola comparecencia que no nos haya dejado el ánimo encogido y ni una sola medida que no exija de los ciudadanos una vuelta de tuerca a los ya maltratados bolsillos.

El viernes, de nuevo, con toda probabilidad, Soraya Sáenz de Santamaría anunciará nuevas medidas y si es así, con toda seguridad alguna de ellas recaerá sobre los ya escuetos sueldos de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Son tiempos de sacrificios de los que los ciudadanos son, somos bien conscientes e incluso estamos dispuestos a asumir, pero la sociedad necesita coger aliento para poder seguir adelante. No ha engañado el Gobierno cuando afirma que los frutos no los vamos a ver de inmediato, ni engaña cuando indica que sólo en intereses de la infernal deuda tenemos que pagar mas de 30 mil millones de euros y, naturalmente, hay que tomar medidas.

Pero, insisto, hace falta coger aliento y bien estaría que antes o al mismo tiempo de que nos digan que tenemos que pagar por circular por las autovías nos dieran un listado de instituciones que nadie sabe lo que cuestan ni nadie tiene claro cual es su rentabilidad. ¿Costaría mucho un gran acuerdo nacional para suprimir los diecisiete defensores del pueblo que actualmente hay en España? ¿Es necesario que existan hasta tres «ventanillas» para gestionar el Turismo en muchas comunidades autónomas? Esto no es cuestionar la esencia del estado autonómico, sino de buscar una pizca de racionalidad en el entramado institucional español. ¿Tiene sentido que un pasajero, solo uno, del aeropuerto de Huesca cueste al erario público más de mil euros?

Es verdad que algunas de las medidas adoptadas van en la dirección de introducir racionalidad a la pérdida absoluta de sentido común que ha presidido la gestión autonómica. Tanto PP como PSOE cuando han tocado poder autonómico han padecido de una auténtica borrachera de hacer por hacer y ahora, todos, pagamos las consecuencias.

Rajoy ha anunciado que de aquí al verano, todos los viernes se anunciaran nuevas medidas. El Gobierno está dando muestras más que suficientes de que se ha trazado un camino del que no se va a desviar. Sus ministros asumen que de «esta podemos salir todos achicharrados, pero no hay otra» pero deben tener cuidado porque los ciudadanos podrían estar llegando al límite de su resistencia, de su esperanza y un país cansado tiene tanto riesgo como un país enfadado. Es probable que hoy viernes nos volvamos a quedar perplejos y ante esta realidad, el Gobierno debe buscar la fórmula para evitar, cuando menos, el desaliento que ha comenzado a cundir incluso entre aquellos que sin reserva alguna creen que el Gobierno hace lo que debe que, en ningún caso, es lo que le gusta.

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