Carlos Carnicero – Merkel, derrotada en las urnas.


MADRID, 06 (OTR/PRESS)

Cuando usted lea este artículo, François Hollande será presidente electo de Francia. Los ciudadanos griegos habrán dado un terrible voto de castigo a los partidos que se achicaron ante la prepotencia alemana. Afortunadamente, la tecnocracia se puede terminar cuando hablan las urnas. Y las primeras elecciones celebradas tras constatar el fracaso de la política de austeridad decretada por el tándem Merkel-Sarkozy ha resultado ser un castigo para esas tesis que han llevado la pobreza al sur de Europa.

Por si acaso, fuentes de la comisión europea se han apresurado a decir que se va a suavizar la exigencia de austeridad a países como España, con un mal endémico de paro. Nos han hecho sufrir para nada. Pero lo peor es que Mariano Rajoy, entusiasmado ahora con los recortes, se va a quedar fuera de juego en Europa, demostrando que la pérdida de respeto a su Gobierno no es solo una pandemia de países latinoamericanos que quieren recuperar sus recursos achacados de ataques de populismo.

En lo próximos días se aflojará la prima de riesgo, subirán las bolsas y empezarán los gurús de la economía a alabar las políticas que denostaban hasta hace quince días.

Los futurólogos del pasado, los economistas sujetos a la ortodoxia neoliberal, no quieren perder su condición de conductores de la economía. No pasan por las urnas, pero dirigen a los conservadores que han tenido la política sometida a los juegos de los mercados.

Se avecina un cambio de ciclo político en Europa. Angela Merkel va a tener que ceder ante la constatación de que una gran parte de Europa ya no acata su calvinismo impuesto desde un nuevo nacionalismo alemán.

Tal vez el PSOE de Rubalcaba haya aprendido la lección que la socialdemocracia no puede jugar con alpargatas en el terreno del neoliberalismo, donde los poderes financieros utilizan botas de clavos.

España está dormida, atenazada por un miedo paralizante que impide la reacción de los ciudadanos. El miedo se supera cuando existe una brújula que marca un nuevo camino. El dogma neoliberal había conseguido imponer su canción de que no había otra economía posible. Todo eso puede derrumbarse si se confirma -a primera hora de la noche del domingo, ya se conocerán los resultados de Francia- la Vitoria de Hollande. Y es un punto de partida para la reconstrucción de la verdadera socialdemocracia en Europa.

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