Julia Navarro – Escaño Cero – El hombre tranquilo.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Hay políticos que se especializan en crear problemas donde no los hay. Otros los crean y luego se ofrecen a resolverlos. Amen de los muchos a los que no les importa provocar un incendio con tal de llevar su ideas hasta las últimas consecuencias. Josep Antoni Duran Lleida no pertenece a ninguna de estas categorías. Es un político singular que siempre busca soluciones y salidas negociadas a cualquier problema. Lo saben bien en el Parlamento. Lo sabía bien Rodríguez Zapatero y ahora Mariano Rajoy. Duran como portavoz de CiU en el Congreso dice alto y claro lo que tiene que decir pero siempre con un tono de moderación y abierto al entendimiento. Y es, sin duda, uno de los mejores parlamentarios que ha pasado por la Cámara desde la Transición.

Ahora, Duran se ha vuelto a hacer con las riendas de Unió Democrática de Cataluña y esta vez no le ha sido tan fácil porque le había salido un serio competidos en Josep María Vila D*Abadal, alcalde de Vic.

El señor alcalde llevaba en la mochila un programa independentista al congreso de Unió y se encontró a un Duran que sin contemplaciones puso las cosas en su sitio diciendo en voz alta lo que a muchos no les gusta oír: el independentismo lo que hace es abrir brechas en la sociedad catalana; no existe una mayoría social independentista en Cataluña; con un programa independentista CiU no habría ganado las últimas elecciones y no estaría gobernando desde la Generalitat. Las «verdades» de Duran sentaron en CiU como una patada en la espinilla. Claro que Artur Mas hizo alarde de profesionalidad y acudió junto a Duran a cerrar el Congreso de sus socios de Unió.

A Duran decir lo que ha dicho le ha podido costar el liderazgo de Unió y desde luego más que tirantez en sus relaciones con Artur Mas. Pero se jugó el todo por el todo dispuesto a irse a casa si su posición «centrada» salía derrotada.

Lo cierto es que desde la llegada de Artur Mas y de Oriol Pujol al liderazgo de Convergencia, este partido ha iniciado una deriva inquietante al optar por la senda del independentismo. Duran es el contrapunto.

Reconozco que a mí me producen temblores los iluminados, esos hombres que tienen un sueño y que son capaces de sacrificar a miles de personas por conseguir ese sueño. Por eso resulta un alivio que en Cataluña existan políticos como Duran con los pies en el suelo dispuestos a decir las cosas por su nombre y no dejarse arrastrar por nada que no sea la realidad. La otra cara de la moneda es Oriol Pujol, el hijo del expresidente de la Generalitat que si por él fuera declararía la independencia de Cataluña mañana mismo.

Por ahora, Cataluña y el resto de España pueden respirar con alivio, Duran continua llevando las riendas de Unió.

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