Antonio Casado – TVE vuelve a las andadas.


MADRID, 18 (OTR/PRESS)

El jueves pasado se perpetró en el Congreso de los Diputados la contrarreforma de RTVE. Bastó la mayoría absoluta del PP, con la innecesaria aportación numérica de los diputados de CiU, para convalidar un decreto fletado hace un mes por el Consejo de Ministros por el que se modifica el procedimiento electivo del presidente de la Corporación.

Hasta ahora, con la ley de 2006, el presidente debía ser elegido por dos tercios de la Cámara. Por tanto, era inevitable el consenso de los dos principales partidos. Se trataba de evitar, o al menos ponerlo difícil, que la televisión pública volviera a ser un instrumento al servicio del Gobierno de turno, como siempre ocurrió en los tiempos de Felipe González y de José Maria Aznar. Con la reforma convalidada este jueves, para elegir al presidente bastará la mayoría absoluta. Curiosamente, la que tiene el PP. O sea, que volvemos a las andadas.

Así el Gobierno del PP tapa la boca a quienes desde sus propias filas venían reclamando que se hiciera valer su mayoría absoluta. Incluso sin esperar a junio, que era la fecha acordada por Rajoy y Rubalcaba como límite en la búsqueda compartida de un presidente de RTVE aceptable por ambas partes. Se ha preferido acortar el camino con excusa mal traída. La coartada del retorno al modelo de dependencia gubernamental quedó perfectamente explicada hace un mes por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría: «La paralización y el bloqueo habían hecho insostenible el funcionamiento de la Corporación».

Razón de más para intentar el consenso PP-PSOE legalmente previsto en la renovación del Consejo y de su presidente. Sin embargo la coartada se ha usado para romper la baraja. La baraja ya estaba rota, vienen a decir los coros de nuestro tea party de cercanías. No han dejado de denunciar el supuesto «sectarismo» de los informativos de RNE y TVE antes y después de las elecciones del 20 de noviembre.

Al acompañar tales críticas con los reproches a Rajoy por permitir unos servicios informativos «controlados por Rubalcaba» -ese era el lugar común-, se estaba poniendo en evidencia la doctrina de que el orden natural de las cosas, o al menos la lógica política, exige que RTVE esté en manos del Gobierno de turno. Esa es la aberración de fondo que hace posible el paso atrás. Volvemos al año 2006, cuando Zapatero llevó al BOE la neutralidad formal de la radio y la televisión públicas. Que se hubiera conseguido la neutralidad real era opinable. Pero con el nuevo modelo no hay ninguna duda de que formal y realmente vuelve la televisión de partido, salvo que creamos que nos espera una televisión neutral, objetiva, plural e independiente de un Gobierno que nombra unilateralmente al presidente de RTVE y se reserva la mayoría de asientos en el Consejo de la Corporación.

Naturalmente, cada uno es libre de creer lo que le parezca, pero convengamos que el modelo anterior dificultaba las tentaciones del Gobierno de turno para hacer de su capa un sayo.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído